Argelia rechaza por insuficiente la última oferta española en las negociaciones del gas natural

Argelia ha rechazado, por considerarla insuficiente, la última oferta española para desbloquear las negociaciones sobre el suministro de gas natural a España, que fue presentada por escrito en Argel el pasado 3 de abril. Sin embargo, fuentes españolas aseguran que la respuesta argelina, recibida esta semana por los canales diplomáticos habituales, ha creado ciertas expectativas y esperanzas de que las conversaciones discurran ahora por unos derroteros más concretos y efectivos y, previsiblemente, más rápidos.

En medios oficiales españoles existía ayer un cierto optimismo sobre el conten...

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Argelia ha rechazado, por considerarla insuficiente, la última oferta española para desbloquear las negociaciones sobre el suministro de gas natural a España, que fue presentada por escrito en Argel el pasado 3 de abril. Sin embargo, fuentes españolas aseguran que la respuesta argelina, recibida esta semana por los canales diplomáticos habituales, ha creado ciertas expectativas y esperanzas de que las conversaciones discurran ahora por unos derroteros más concretos y efectivos y, previsiblemente, más rápidos.

En medios oficiales españoles existía ayer un cierto optimismo sobre el contenido de la nota que el Ministerio argelino de Petróleo e Industrias Químicas presentó a la Embajada española en Argel el pasado martes, a través del respectivo Ministerio de Asuntos Exteriores. Pese a que la respuesta de Argel rechaza explícitamente la última oferta española, por considerar que no alcanza los mínimos de las exigencias argelinas, contiene aspectos positivos e indicaciones de lo que realmente pretende el Gobierno de Argel.En este sentido, en fuentes españolas se asegura que, en gran medida, se ha alcanzado el objetivo que se perseguía con la presentación de una oferta concreta y escrita. Se trataba, en esencia, de emplazar a Argelia para crear un mecanismo de negociación, directo y eficaz, que sirva de altemativa a los contactos personales, cuyos frutos han sido siempre negativos en el largo año que duran las negociaciones sobre la disputa del suministro de gas. En este sentido, la respuesta argelina parece abrir la puerta hacia posiciones de acercamiento, pese al rechazo de las últimas ofertas españolas.

Respecto al contenido exacto de la última propuesta española, en fuentes oficiales se ha querido mantener en secreto su contenido, aunque se sabe que no se diferencia mucho, en filosofía, de la presentada a nivel técnico el pasado octubre. Sí es distinta, sin embargo, en el coste que va a suponer para España la aceptación de parte de las exigencias argelinas, ya que la gran novedad de la oferta española del pasado 2 de abril es que eleva, al parecer sensiblemente, la cantidad que España estaría dispuesta a abonar en concepto de compensaciones por el supuesto incumplimiento del contrato de suministro de 1974.

Aceptación de precio

Curiosamente, Argelia ha considerado insuficiente todavía esta oferta española de incrementar las compensaciones. No obstante, el tono de la comunicación da a entender que la propia Argelia prefiere resolver la disputa por medio de negociaciones que tener que recurrir a los tribunales internacionales, tal como se amenazaba desde la Prensa oficiosa argelina. En este sentido, fuentes españolas consideran que se ha superado esa dinámica de amenazas y malentendidos que han existido en las últimas semanas y que se ha entrado ahora en el verdadero centro de las negociaciones.Por de pronto, la gran novedad de la oferta española es que acepta sin ambages el denominado precio francés del gas natural, que supone el pago de un dólar más por millón de BTU (British Termical Unit) de gas natural suministrado. Esto equivale a que la compañía Enagas, continuando con los mismos volúmenes de compras de los últimos meses, tendría que pagar unos 1.000 millones de pesetas cada treinta días o 12.000 millones más al año. Simultáneamente, la oferta española acepta un incremento en las compensaciones por el gas no retirado, que podrían llegar a casi 200 millones de dólares anuales si este dinero se utiliza como mecanismo de estímulo de las exportaciones españolas. España había ofertado el pasado octubre compensaciones por un total de unos 55 millones de dólares.

En fuentes informadas se apunta que, teniendo en cuenta el rechazo de la nueva oferta española, lo más probable es que, de entrar ya en la dinámica que se ha entrado, el contrato de gas natural con Argelia va a salir "caro, muy caro". En algunas instancias oficiales se tiene miedo incluso al momento en que haya que presentar este acuerdo a la opinión pública, ya que será difícil justificar en los Presupuestos del Estado algunas partidas que, en otras palabras, supondrán transferencias directas de recursos, y además en divisas, a Argelia. Y más teniendo en cuenta que serán como pago de un producto que será luego muy difícil vender en España, debido a su precio elevado y poco competitivo.

El grave problema es que del gas natural dependen en España intereses exportadores muy concretos. Argelia es, en estos momentos, nuestro mejor cliente en el norte de África, y atrae, por su grado de desarrollo, a numerosas empresas constructoras y comercializadoras de bienes de equipo. Hay además un elevado riesgo financiero en el país árabe, que además es uno de los pocos clientes de la tecnología media española. Las negociaciones de gas se han convertido, además, en el barómetro de las relaciones económicas hispano-argelinas, con el Gobierno de Argel utilizándolas, en algunos casos, domo instrumento de presión sobre los intereses económicos españoles en dicho país.

Por otra parte, la Agrupación Multisectorial de Exportadores de Cataluña (Amec) ha denunciado que las empresas catalanas del sector de maquinaria textil, agrícola, de plásticos y de la construcción han perdido más de 12.000 millones de pesetas a consecuencia del contencioso entre España y Argelia, según informó el pasado jueves el presidente de Amec, Enrique Adam. Unas 75 empresas se van visto afectadas por la postura intransigente del Gobierno de Argel.

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