FERIA DE SEVILLA

El torazo de plomo

ENVIADO ESPECIALDevolvieron al corral el quinto toro, porque estaba cojitranco, y sacaron en su lugar otro de plomo. Un torazo era. El cojitranco también era un torazo. "Demasiao", dicen aquí.

No quieren torazos los sevillanos, pues creen que no embisten. Y es verdad que no embisten los torazos, de unos años acá. El sobrero quinto apuntalaba su pesado corpachón sobre las pezuñas, y mugía aquí me las den todas. El picador se las dio como pudo, en tres largas sesiones, y Galloso en, una sola, vista y no vista; es decir, que se lo quitó,de en medio.

En casi todas las plazas se produ...

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ENVIADO ESPECIALDevolvieron al corral el quinto toro, porque estaba cojitranco, y sacaron en su lugar otro de plomo. Un torazo era. El cojitranco también era un torazo. "Demasiao", dicen aquí.

No quieren torazos los sevillanos, pues creen que no embisten. Y es verdad que no embisten los torazos, de unos años acá. El sobrero quinto apuntalaba su pesado corpachón sobre las pezuñas, y mugía aquí me las den todas. El picador se las dio como pudo, en tres largas sesiones, y Galloso en, una sola, vista y no vista; es decir, que se lo quitó,de en medio.

En casi todas las plazas se produce el síndrome del torazo de plomo. Cuando en cualquier corrida un toro dá más talla que la media de sus hermanos, ese es el cojitranco, o el de plomo. Por tal motivo en cualquier plaza hay bronca, y si es en Las Ventas, infartos. Pero en Sevilla inspira lo que llaman "los silencios de la Maestranza".

Plaza de Sevilla

27 de abril. Primera corrida de feria.Toros de Murube, desiguales de presencia, con poca bravura. Manolo Cortés. Dos pinchazos y cinco descabellos; la presidencia le perdonó un aviso (silencio). Media (silencio). José Luis Gagoso. Bajonazo (algunas palmas). Dos pinchazos y estocada caída (silencio). Pepe Luis Vargas. Tres pinchazos y bajonazo (vuelta). Media muy baja, perdiendo la muleta (oreja).

Emocionadísimos tienen a los taurinos "los silencios de la Maestranza", y los ponen de ejemplo allá donde montan tertulia. Se entiende, porque esos silencios les exculpa cuando sale el torazo de plomo. En realidad, les exculpa cuando sale el torazo de plomo o lo que sea. Si en vez de toro es sardina, igual.

Por puras razones de compensación y equilibrio, el otro toro de Galloso era de con-dicion sardina, y le pudo pegar derechazos sin problemas. Ni el mismo asardinado sujeto presentaba problemas. Si los hubo fue porque Galloso complicaba el buscado triunfo toreando envarado, violento y con el pico. Cuando mató de bajonazo, los silencio de la Maestranza eran con él, igual que habían sido con el asardinado toro.

Lo del pico es endémico mal, que aqueja a casi toda la torería, y Manolo Cortés lo tiene crónico. No importa que esté relajado y técnico, como en el primero, al que daba las distancias, citaba en los terrenos adecuados; se le veía Heno de ideas y de buenas intenciones. Pero el pico se le veía también.

Aún se le veía más: que pese a ser el toro tardo, le citaba con la muleta retrasada. Así es imposible triunfar, no cabe el arte. Unas pinceladas con el capote, bonitas y finísimas, en un quite a la verónica, no sacan a Manolo Cortés del sótano de la mediocridad, donde ya lleva años. Tiene torería, pero el temperamento no le acompaña.

Temperamento de otra categoría es el de Pepe Luis Vargas. Actuó resentido por la cogida de Madrid el pasado domingo, y quizá su baja condición física le impidió. atropellar la razón, como acostumbra. Todos salimos ganando, porque se dedicó a torear y el toreo le salió bueno, a veces exquisito. Vargas, hasta que se le vinieron abajo los toros -casi todos se venían abajo mediadas las faenas-, corrió la mano, templó, ligó. El público rompió sus silencios para aclamarle. Menos mal que, para dar el triunfo de los toreros, la Maestranza toma distinta actitud ciue vara el torazo de plomo.

Los silencios no son, desde luego, fuera de la plaza, y en invierno, menos. El mentidero taurino sevillano es hablador. Y sus fuerzas vivas, aún más. La invernada entera se han pasado los ganaderos dedicándose mutuos homenajes de desagravio, con la colaboración de escritores, veterinarios, empresarios, apoderados, toreros, etcétera, para contrarrestar las denuncias por afeitado que se producían a medida que la Escuela Nacional de Sanidad iba examinando astas de toros lidiados,en 1983. Todos proclamaban su inocencia y su pureza, en el sentido de que a ninguno se le habría ocurrido jamás enviar a las plazas un toro que no fuera íntegro. Pues ahora, en la feria de Sevilla, tienen ocasión de demostrarlo.

Para que tengan el refrendo de los hechos las indignadas actitudes de este invierno, en la primavera sevillana ha de salir el toro, bien presentado, encastado, astifino, fuerte. No el toro sardina, no el toro de plomo. La corrida de ayer puso en evidencia que los ganaderos, con sus colaboradores los escritores, veterinarios, empresarios, apoderados, toreros, etcétera, han perdido el tiempo durante la invernada. Menos homenajes y más toro pide la fiesta.

Hoy, Curro

Esta tarde torea Curro Romero en la Maestranza de Sevilla. Por las cuatro corridas que ha contratado en el abono cobrará quince millones de pesetas. Nadie de los diestros anunciados en el serial percibe tan altos honorarios. Los toros anunciados son de Manuel González. Hay gran expectación para este festejo, tanto por la presencia del incombustible faraón de Camas, como por la actuación de Antoñete, el veterano diestro madrileño, al que admira y respeta la afición sevillana. El tercer espada es Tomás Campuzano, torero de la tierra, que se encuentra en un excelente momento.

Por otra parte, ayer debutó como presidente de la Maestranza Delmiro Salazar.

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