MÚSICA CLÁSICA

Estreno mundial de 'Las siete palabras', de Carmelo Bernaola

Desde el punto de vista de la creación, el momento culminante de la 23 Semana de Música Religiosa de Cuenca fue el estreno de Las siete palabras para coro y orquesta de cámara, compuestas por Carmelo Bernaola por encargo de los organizadores del festival. A ello añadió el músico vasco otra novedad: El cántico, breve e intenso, en memoria del poeta Jorge Guillén.Las siete palabras constituyen un ejemplo de cómo puede tratarse hoy el tema religioso. La intencionalidad musical es, ante todo, la de subrayar el contenido dramático de las distintas palabras, desde las más espiri...

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Desde el punto de vista de la creación, el momento culminante de la 23 Semana de Música Religiosa de Cuenca fue el estreno de Las siete palabras para coro y orquesta de cámara, compuestas por Carmelo Bernaola por encargo de los organizadores del festival. A ello añadió el músico vasco otra novedad: El cántico, breve e intenso, en memoria del poeta Jorge Guillén.Las siete palabras constituyen un ejemplo de cómo puede tratarse hoy el tema religioso. La intencionalidad musical es, ante todo, la de subrayar el contenido dramático de las distintas palabras, desde las más espirituales -"en tus manos encomiendo mi espíritu"- hasta las más fisicamente huma nas -"tengo sed"-.

Bernaola sigue los textos de Jesús y los comentarios de diversos salmos desde una actitud que enlaza con el misticismo musical español del siglo de oro. La expresión se consigue no a través de meras intuiciones, sino gracias a un trabajo estructural increíblemente detallista en lo microformal y desde un ejemplar equilibrio -lo que los antiguos denominaban "bondad de formas"- en la arquitectura general.

El discurso musical, en la parte del solista, en los comentarios del coro y en la ambientación de la orquesta, nos sitúa en un clima dramática de inquietante expectación: el drama del calvario discurre en medio de la soledad y se proyecta en la historia cargado de significaciones tanto para los que creen pomo para los que no creen. Es un drama divino pero también intensamente humano.

Carmelo Bernaola dirigió excelentemente su obra que causó una gran impresión en el auditorio que llenaba la iglesia de San Miguel. El coro de la Villa de Madrid y la Orquesta Española de Cámara actuaron con calidad tanto en las obras de Bernaola como en las de Mariana Martínez, Carlos Ordóñez y Joaquín García.

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