Crítica:POP

Bailes experimentales de cara a Europa

Europeans son escoceses. Sin embargo, su vocación europeísta les ha llevado a realizar su carrera musical en Londres. Abandonaron su ciudad natal, Glasgow, y han tenido una suerte bien distinta a la de sus paisanos estelares Simple Minds o Alterated Images, que supieron aguantar haciendo patria. Hasta el momento han conseguido colocar un par de canciones Aeiou y Animal song, destinadas al público de discoteca.Practican una música de fusión. El baile y la experimentación se amalgaman en un mismo producto, dirigido a los ambientes juveniles más trascendentales. Los jóvenes madrileños que ...

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Europeans son escoceses. Sin embargo, su vocación europeísta les ha llevado a realizar su carrera musical en Londres. Abandonaron su ciudad natal, Glasgow, y han tenido una suerte bien distinta a la de sus paisanos estelares Simple Minds o Alterated Images, que supieron aguantar haciendo patria. Hasta el momento han conseguido colocar un par de canciones Aeiou y Animal song, destinadas al público de discoteca.Practican una música de fusión. El baile y la experimentación se amalgaman en un mismo producto, dirigido a los ambientes juveniles más trascendentales. Los jóvenes madrileños que acudieron a escucharlos tuvieron que bailar luchando con la duermevela. Y no precisamente porque los Europeans tocaran sin ganas, sino porque el concierto comenzó a eso de la 1.45 horas.

Europeans

Concierto 'pop'.Sala Imperio. Madrid, 24 de marzo.

Como instrumentistas son un cuarteto más que aceptable. Además tienen a gala el cantar los cuatro. Y en los juegos bucales, ejecutados a coro, resultan bastante originales. Exploran los territorios tribales con una existencia nada europea y consiguen un clima duramente exótico, aunque sugerente. En las voces solistas obtienen unos resultados más desiguales. El bajista, Freg Harper -un señor rubicundo y limpio, disfrazado "muy a la última", como un obrero de la gran depresión haciendo jogging-, canta en una onda próxima a las asperezas de Adrian Belew, con digestible acierto. Más difícil de tragar es la voz del teclista, Stewe Hogarth, que estuvo a punto de perder los papeles en una balada de corte psicodélico.

Geoff Dugmore, en la batería, tenía una fuerza considerable. Pero el más atractivo, probablemente, fuera el guitarrista, Colin Woore. Su actitud en escena era bastante natural y contrastaba con la de sus compañeros, un poco sosos. Sus habilidades con la guitarra también discurren por una vía próxima a la de Adrian Belew, y, siendo una referencia tan frecuente, parece conveniente recordar que Adrian Belew es el actual vocalista y guitarra de King Crinison y que ha pasado, entre otras formaciones, por Talking Heads o Frank Zappa. Lo más granado de la noche se concentró en el trabajo de Colin y su instrumento.

Europeans acaba de sacar al mercado un elepé en vivo, y no es muy comprensible que su casa discográfica no les preste un poco más de apoyo. Los organizadores del concierto tuvieron que correr con todos los riesgos, y eso no siempre es justo. La actuación de Europeans ofrecía el interés de lo arriesgado. Objetivo que se cubrió con no demasiada fortuna en cuanto a asistencia de público. Y esto, en el presente caso, tampoco fue justo.

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