Preguntar contra España

Es una operación de altos vuelos. Dirigida a los medios intelectuales, se espera, sin duda, que éstos multipliquen los efectos letales del empeño en toda la sociedad española. Colaron de rondón en el texto constitucional el término nacionalidades. Lo hincharon después, hasta convertirlo semánticamente en idea de nación. De la idea de nación se ha pasado luego a la demanda del Estado que la realice. Se ha cerrado así el círculo dialéctico sobre el cuello de España. Una mano es la del marxismo; la otra, de intelectuales nacionalistas. Toda una comunión de propósitos en la metodología revo...

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Es una operación de altos vuelos. Dirigida a los medios intelectuales, se espera, sin duda, que éstos multipliquen los efectos letales del empeño en toda la sociedad española. Colaron de rondón en el texto constitucional el término nacionalidades. Lo hincharon después, hasta convertirlo semánticamente en idea de nación. De la idea de nación se ha pasado luego a la demanda del Estado que la realice. Se ha cerrado así el círculo dialéctico sobre el cuello de España. Una mano es la del marxismo; la otra, de intelectuales nacionalistas. Toda una comunión de propósitos en la metodología revolucionaria de Gramsci. A estas gentes, la Constitución les queda estrecha, y para evitar el golpismo propio, en lugar de atacarla de frente, intentan socavarla por sus cimientos. La vía buscada desemboca en el medio plazo, como las estrategias de ciertos separatismos. Es el medio plazo el tiempo que se necesitaría para que a los españoles se les reblandeciera la conciencia nacional. Marxistas y separatistas quieren practicar un túnel imposible bajo los muros de la Constitución y entre los cimientos de la democracia. 26 de febrero

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