Tribuna:

Miseria informativa

De cuando en cuando les bombardean para que sean demócratas cuanto antes o les invaden una parcela del territorio como recordatorio de que los pueden invadir más. Sabotajes. Bloqueo económico. Bloqueo político por todas partes menos por dos. La Junta nicaragüense padece, además, un bloqueo informativo que se ha puesto de manifiesto a raíz de las noticias contradictorias sobre la detención del proceso electoral. Bastó un aplazamiento, condicionado por los bombardeos anónimos, para que las agencias internacionales mediatizadas por las poderosas agencias norteamericanas lanzaran la mala nu...

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De cuando en cuando les bombardean para que sean demócratas cuanto antes o les invaden una parcela del territorio como recordatorio de que los pueden invadir más. Sabotajes. Bloqueo económico. Bloqueo político por todas partes menos por dos. La Junta nicaragüense padece, además, un bloqueo informativo que se ha puesto de manifiesto a raíz de las noticias contradictorias sobre la detención del proceso electoral. Bastó un aplazamiento, condicionado por los bombardeos anónimos, para que las agencias internacionales mediatizadas por las poderosas agencias norteamericanas lanzaran la mala nueva de que no habría elecciones democráticas en Nicaragua y que, por tanto, el Gobierno sandinista demostraba su tenebrismo bolchevique y, al son de la marimba, se perpetuaba una dictadura del proletariado tropical.El sandinismo mantiene dos puentes, aún no dinamitados, hacia la conciencia pública internacional: el uno es el que le ofrecen los soviéticos con su zona de influencia, y el otro es el que aún conserva con la Internacional Socialista, y que permite contrarrestar las falsificaciones de imagen que cotidianamente bombardean el mercado de la información occidental. La visita de Palme a Managua ha sido oportuna y más valiosa que toneladas de palabras de clarificación o rectificación. Pero el caso nicaragüense alerta sobre la contradicción de unos tiempos en que la opulencia comunicacional se fundamenta en una real miseria comunicacional. Son inmensa mayoría los Estados del mundo que tienen su propia imagen usurpada por las grandes, potencias. Todo el opulento potencial comunicacional de los centros imperiales se aplica a una calculada falsificación de lo que ocurre, por el procedimiento del control de las fuentes noticieras y del telecontrol de intermediarios afines a los objetivos de la empresa imperial. Bueno es que nos curemos en salud ante lo que nos inculcan la UPI (United Press International) o la Tass. Y mejor sería que pudiéramos fiarnos de Efe como conciencia informativa de un neohispanismo democrático aplicado sin prejuicios a Nicaragua.

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