Relevo en el Kremlin

Desilusión en Italia por el nombramiento de un 'duro'

El nombramiento de Constantin Chernienko como sucesor de Yuri Andropov ha causado una gran desilusión en Italia donde, quizá más que en ningún otro país de Europa Occidental, se había apostado por uno de los jóvenes del Kremlin como señal esperanzadora de que algo podía cambiar en el impenetrable imperio soviético.Incluso a nivel popular la inesperada decisión del presidente Sandro Pertini de ir a los funerales acompañado del ministro de Asuntos Exteriores, Giulio Andreotti, la delegación más representativa e importante de Europa, había sido interpretada como signo de que algo iba a cambiar. D...

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El nombramiento de Constantin Chernienko como sucesor de Yuri Andropov ha causado una gran desilusión en Italia donde, quizá más que en ningún otro país de Europa Occidental, se había apostado por uno de los jóvenes del Kremlin como señal esperanzadora de que algo podía cambiar en el impenetrable imperio soviético.Incluso a nivel popular la inesperada decisión del presidente Sandro Pertini de ir a los funerales acompañado del ministro de Asuntos Exteriores, Giulio Andreotti, la delegación más representativa e importante de Europa, había sido interpretada como signo de que algo iba a cambiar. De hecho, aún ayer por la mañana ninguno de los grandes diarios italianos se aventuró a dar a Chernienko como seguro sucesor de Andropov.

Por todo ello, la desilusión ha sido aún mayor. Los primeros comentarios hablaban ayer de "vuelta atrás", de "hombre de nomenklatura" y hubo observadores que se echaron las manos a la cabeza apenas las agencias empezaron a mandar los primeros párrafos del discurso del nuevo líder soviético.

Recogiendo una definición de un diario extranjero, también en Italia se calificó ayer a Chernienko como "el más gris de los grises". La noticia del nombramiento llegó a Italia cuando en el mismo avión volaban hacia Moscú la delegación del Gobierno presidida por el jefe de Estado, la del Vaticano por el catedrático de Genética de París Jerôme Lejeune, y la del partido comunista por el secretario general, Enrico Berlinguer.

Los medios vaticanos se mantuvieron en una prudente expectativa ante la elección de Andropov. El vespertino L'Osservatore Romano tituló asépticamente a cinco columnas "Constantin Chernienko elegido secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética" sin hacer ningún comentario. La radio vaticana subrayó que la elección de Chernienko "no ha suscitado gran sorpresa en el mundo" y se hizo eco de que para los observadores internacionales, el número uno soviético "no es hombre de quien puedan esperarse grandes cambios". Las líneas del discurso de Chernienko "son propósitos dignos de las más alta consideración" para la emisora.

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