Presiones sobre Reagan para que restrinja las importaciones de calzado a Estados Unidos

La industria del calzado de Estados Unidos pidió ayer al presidente Ronald Reagan la imposición de cuotas, durante los próximos cinco años, a las importaciones de esos productos al mercado norteamericano.

De no imponerse las restricciones solicitadas, "una industria que emplea a 133.000 personas y suministra otros 90.000 empleos en industrias asociadas puede experimentar un colapso definitivo", afirmó el presidente de los empresarios del calzado, George Langstaff.

La petición, presentada por los empresarios y por dos sindicatos obreros norteamericanos, ha sido apoyada por los...

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La industria del calzado de Estados Unidos pidió ayer al presidente Ronald Reagan la imposición de cuotas, durante los próximos cinco años, a las importaciones de esos productos al mercado norteamericano.

De no imponerse las restricciones solicitadas, "una industria que emplea a 133.000 personas y suministra otros 90.000 empleos en industrias asociadas puede experimentar un colapso definitivo", afirmó el presidente de los empresarios del calzado, George Langstaff.

La petición, presentada por los empresarios y por dos sindicatos obreros norteamericanos, ha sido apoyada por los presidentes de dos grupos de defensa de la industria del calzado en el Senado y en la Cámara de Representantes del Congreso de Estados Unidos.

"Hemos venido a expresar nuestro apoyo a una petición que sólo busca un trato justo para los trabajadores", anunció Bill Alexander, representante demócrata.

Las importaciones norteamericanas de calzado experimentaron un incremento del 230% entre 1968 y 1983, según los demandantes. En 1968, Estados Unidos importó 175 millones de pares de zapatos, que cubrieron el 21,5% del mercado. Para 1983, las importaciones fueron de unos 580 millones de pares, aproximadamente el 65%, de la demanda.

España es uno de los principales exportadores de calzado a Estados Unidos y podría verse afectado por estas protestas. La Comisión Internacional de Comercio deberá decidir, en los próximos seis meses, si las importaciones de calzado están perjudicando a la industria norteamericana.

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