Crítica

Dos programas corales de extraordinaria belleza

La semana musical madrileña se ha caracterizado por la actividad coral. La capital española, tantos años huérfana de vida coral, posee desde hace años dos grandes formaciones profesionales: el Coro de RTVE y el Nacional, cada uno adherido a la orquesta correspondiente.Este lujo nos ha dado ocasión de escuchar con frecuencia páginas sinfónico-corales antaño de rara programación, aun cuando debamos recordar la larga y meritoria labor de la Masa Coral de Madrid, fundada y dirigida hasta poco antes de su muerte por Rafael Benedito, y la de los Cantores de Madrid, de José Peiera.

Sin embargo...

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La semana musical madrileña se ha caracterizado por la actividad coral. La capital española, tantos años huérfana de vida coral, posee desde hace años dos grandes formaciones profesionales: el Coro de RTVE y el Nacional, cada uno adherido a la orquesta correspondiente.Este lujo nos ha dado ocasión de escuchar con frecuencia páginas sinfónico-corales antaño de rara programación, aun cuando debamos recordar la larga y meritoria labor de la Masa Coral de Madrid, fundada y dirigida hasta poco antes de su muerte por Rafael Benedito, y la de los Cantores de Madrid, de José Peiera.

Sin embargo, no es habitual en nuestros coros oficiales el repertorio específicamente coral. Por lo mismo, resultan más atractivos los programas ofrecidos por el Coro de RTVE, que dirige Pascual Ortega, y el Nacional (en formación reducida), conducido por Sabas Calvillo. El primero sumó páginas de Anchieta, Des Prés, Praetorius, Purcell y Bach, en la primera parte. Las versiones juntaron a las voces un breve cortejo instrumental (Grupo de Metales de RTVE), práctica habitual desde la antigüedad y que durante los siglos XV y XVI adquiere nueva fisonomía, como estudia en sus estupendos comentarios Jacinto Torres.

Coros de RTVE y Nacional

Directores: Pascual Ortega y Sabas Calvillo.Obras de Anchieta, Des Prés, Praetorius, Purcell, Bach, Schubert, Schumann, Brahms,- Victoria, Páulenc, Ravel y Debussy. Teatro Real, Madrid. Días 6, 8 y 9 de diciembre.

La segunda parte estuvo dedicada a un romanticismo casi inédito el de las piezas corales, estructuras dentro de un esquema de tipo dramático, como el bellísimo Canto triunfal de Miriam, de Schuber exaltadoras de ciertas raíces poético-musicales de origen popula como en las Canciones gitanas, de Brahms, o, como en el caso de lo Tres poemas, de Schumann (dos para voces blancas y uno para voces mixtas), tan esenciales como expresivas, tan naturales como intelectuales. Pascual Ortega es músico serio, y enfocó las diversa versiones con rigor, aun cuando vuelo lírico no remontase siempre la altura deseable.

Obras infrecuentes

Tras cinco páginas maestras d Victoria, tan bien cantadas como hondamente sentidas, Sabas Calvillo, con el Coro Nacional, de mostró los altos quilates de su saber en una segunda parte bien infrecuente entre nosotros: coros de Poulenc (Motetes penitenciales navideños), tres perfectas delicias de Ravel y la hermosura poético musical de Claude Debussy en la Chansons de Charles d'Orleans resultaron estremecedoras. Para mí vale más un programa como éste que media docena de espectaculares oratorios. Entre otras cosas porque en esta música difícil e innovadora una agrupación y un director pueden demostrar sus mejores posibilidades, como las demostraron el inteligente Sabas Calvillo y la treintena de voces del Coro Nacional. Sólo queda, con el aplauso, pedir a las dos agrupaciones corales que programas como los comentados no constituyan excepción, sino hábito.

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