Crítica:MÚSICA CLÁSICA

La vanguardia de ayer en el piano de Antonio Ballista

El interesante recital de Antonio Ballista -uno de los pianistas campeones en el servicio a la creación de su tiempo- para el Centro de Difusión de la Música Contemporánea reunió público suficiente para sus características y escaso para las dimensiones del Teatro Real. Me parece un error insistir en esta sala cuando existen en Madrid otras mucho más adecuadas para el especialismo de la música actual, si es que a estas alturas tal especialismo o capítulo aparte es conveniente, lo que dudo muy de veras.La intermitente y minoritaria práctica de las tendencias contemporáneas entre no...

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El interesante recital de Antonio Ballista -uno de los pianistas campeones en el servicio a la creación de su tiempo- para el Centro de Difusión de la Música Contemporánea reunió público suficiente para sus características y escaso para las dimensiones del Teatro Real. Me parece un error insistir en esta sala cuando existen en Madrid otras mucho más adecuadas para el especialismo de la música actual, si es que a estas alturas tal especialismo o capítulo aparte es conveniente, lo que dudo muy de veras.La intermitente y minoritaria práctica de las tendencias contemporáneas entre nosotros puede dar lugar a equívocos. Así, parte de la audiencia se siente molesta, hasta el rechazo, con - soluciones más o menos darmstadtianas, que a otros parecen ensayos muy superados. Es el caso de las Cinco piezas para David Tudor, estrenadas en el santuario de la vanguardia de los cincuenta, el año 1959, y representativas de la cambiante, azarosa y sorpresiva personalidad de Sylvano Bussotti (Florencia, 1931), artista plástico y músico formado con Dallapíccola y Deutsch para desembocar en el mundo de Cage. se Otro italiano, el veronés Franco Donatoni (1927), mostró en sus ejercicios para cinco dedos, titulado Black and white, nº 2, su mentalidad estructural aún dentro de soluciones relativamente aleatorias, Scíarrino (Palermo, 1947) expuso en su breve Preludio cómo es posible en lenguaje actual heredar el piano irisado de los virtuosistas de antaño; y pues que de biensonancias vamos, recordaremos Intermission VI, del neoyorquino Morton Feldínan (1926), casi un Webern de color de rosa. Dos milaneses, Paolo Castaldi (1930) y Niccolo Castiglioni (1932), enfrentaron dos modos de entender el piano: virtuosista, casi scriabiniano, cuando no directamente romántico, Castaldi, en su Left, más que "reflexionar sobre el pasado" semeja un cultivador de la transvanguardia; nuevos "aromas de Darmstadt" nos trae Cangianti, suerte de contracara del romanticismo residual que acepta materiales y expresiones antagónicas.En fin, dos raíces: Neuma rítmico, de Olivier Messiaen (1949), el francés que trajo e hizo traer tantas gallinas: delicada y violenta, lírica en los colores y cortante en la prosodia, la página tuvo en Ballista una versión sólo superada en la otra raíz: Klavierstück IX, de Stockhausen, fechada en 1961. ¡Cómo ha cambiado el concepto interpretativo desde las primeras lecturas (que no eran más) de la obra hasta el preciosismo sonoro que logra Ballista, porque yace en el fondo, de la pieza para piano!

Ciclo del Centro de Difusión de la Múska Contemporánea

Director: Luis de Pablo. Recital de Antonio Ballista, piano. Obras de Stockhausen, Sciarrino, Donatoni, Bussotti, Messiaen, Feldman, Castaldi y Castiglioni. Teatro Real, Madrid. 23 de noviembre de 1983.

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