ECOLOGÍA

Contaminación por metales tóxicos en algunos tramos del río Ebro

Ciertas cantidades de metales tóxicos, como el mercurio, el cadmio y el cromo se han detectado en algunos tramos del río Ebro, según se desprende de un estudio realizado por el Colegio de Farmacéuticos de Zaragoza. El informe resalta que la salinidad de las agua del río puede hacer descender alarmantemente, dentro de un par de décadas, el rendimiento de las cosechas regadas con su agua También se pone de manifiesto en el documento la mortandad de peces ocasionada por el alto grado de contaminación de las aguas, faltas ya de oxígeno.El director de dicho informe, Ricardo García, ha manifestado a...

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Ciertas cantidades de metales tóxicos, como el mercurio, el cadmio y el cromo se han detectado en algunos tramos del río Ebro, según se desprende de un estudio realizado por el Colegio de Farmacéuticos de Zaragoza. El informe resalta que la salinidad de las agua del río puede hacer descender alarmantemente, dentro de un par de décadas, el rendimiento de las cosechas regadas con su agua También se pone de manifiesto en el documento la mortandad de peces ocasionada por el alto grado de contaminación de las aguas, faltas ya de oxígeno.El director de dicho informe, Ricardo García, ha manifestado al periódico El Día de Aragón que "el problema del Ebro es muy grave y muy serio y necesita que se actúe de inmediato. La contaminación bacteriológica es muy fuerte en algunos tramos, y especialmente en Zaragoza capital, hasta el barrio de la Cartuja".

Según estas informaciones, el índice de contaminación del Ebro es muy alto en el Bocal, lugar donde el río hace su entrada en la provincia de Zaragoza, pero a su paso por la capital se agrava debido al impacto continuo de los vertidos urbanos y los aportes de otros afluentes. "El Ebro se queda a partir de ahí sin oxígeno en el agua, lo que produce la muerte no sólo de los peces, sino de las plantas del cauce".

Por otra parte, desde junio de 1981 el río Ebro, a su paso por Zaragoza, ha registrado diversas manchas de aceite, de unos 200 metros de longitud, que preocupan a los técnicos de medio ambiente del ayuntamiento por su periodicidad irregular y la dificil localización de su procedencia.

Se sospecha de un vertido ilegal y clandestino de alguna factoría situada río arriba o de alguna limpieza de depósitos de un taller mecánico, pero los técnicos no han podido realizar comprobaciones"por falta de personal".

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