Paco Ibañez exhibe en París su espectáculo bajo la carpa

Paco Ibañez, el cantante que desde hace casi 30 años, desde París, ganan el triunfo De locura, ahora ha inventado La carpa, que es eso: una carpa, realizada por nombres insignes de la pintura, de la decoración, y que estrenó el otro día en París, en un centro de acción cultural, dirigido por una de las grandes actrices francesas, Silvia Monfort. Con La carpa, Ibañez dice que lanza el revulsivo de hoy contra el mercantilismo de siempre, o "el arte contra la mediocridad", según sus opiniones.

Ya hacía años que Paco Ibáñez no arremetía en público contra algo o contra sí mismo. Es lo que ac...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Paco Ibañez, el cantante que desde hace casi 30 años, desde París, ganan el triunfo De locura, ahora ha inventado La carpa, que es eso: una carpa, realizada por nombres insignes de la pintura, de la decoración, y que estrenó el otro día en París, en un centro de acción cultural, dirigido por una de las grandes actrices francesas, Silvia Monfort. Con La carpa, Ibañez dice que lanza el revulsivo de hoy contra el mercantilismo de siempre, o "el arte contra la mediocridad", según sus opiniones.

Ya hacía años que Paco Ibáñez no arremetía en público contra algo o contra sí mismo. Es lo que acaba de hacer París, su segunda patria, en su sonada carpa, firmada por gentes de nombre, como Alfred Manessier, Yurek Janissievski, Soto, Cruz Díez, Tinguely, Nicky de Saint-Phale, etcétera. En su recital figuraban los poetas de siempre, como León Felipe, españoles, latinoamericanos. Y Paco, bajo la carpa, el día del estreno de su recital, salió, vestido de negro como siempre, cantó, rasgueó su guitarra y encendió los aplausos de las 300 ó 400 personas que escondían a los fans de relumbrón, como el modista André -Courrèges o el animal argentino, Atahualpa Yupanqui.Con su carpa, Ibáñez quiere recorrer pueblos, ciudades, lugares de Francia, España e Italia, los tres países que dice que le interesan. Para montar su herramienta (es como Ibáñez denomina a la carpa), pidió ayuda a las autoridades socialistas españolas y a las francesas, pero no hubo ayuda. Sus amigos son quienes le han aupado, y aún continúa pidiendo árnica a quien esté dispuesto.

El pasado día 12, fiesta del Pilar, recibió el primer cheque de un espontáneo, llamado André Ouzet, que, con 500 francos (9.000 pesetas), le envió una carta que dice: "Porque me gusta lo que cantas, porque soy socialista y, en consecuencia, solidario, porque tu proyecto es necesario y razonable, porque, porque, porque, etcétera, te envío mi aportación de 500 francos".

A cuenta de la aventura de la carpa, Ibáñez da la impresión de rozar algo que no sabe exactamente lo que es. "Lo que pretendo es poseer la herramienta que permita la expresión del arte que respete al público. Nada más. Y con esto, lo que quiero es luchar contra el mercantilismo de la banda de mediocres que domina el arte. Lo que quiero es luchar contra los que se bajan los pantalones ante el mercantilismo".

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En