El fraude en Transportes alcanza los 12.000 millones

Invención de tasas, disposiciones de dudosa legalidad que han permitido embolsarse a los grandes transportistas cerca de 1.500 millones de pesetas, cuentas bancarias de libre disposición a nombre de tres funcionarios y con saldos medios mensuales superiores a los 600 millones de pesetas, adjudicación de contratas a empresas irregulares propiedad de familiares de responsables de la Administración y ausencia de los más elementales criterios de contabilidad pública en buen número de partidas son algunas de las irregularidades detectadas en la Dirección General de Transportes Terrestres y en las J...

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Invención de tasas, disposiciones de dudosa legalidad que han permitido embolsarse a los grandes transportistas cerca de 1.500 millones de pesetas, cuentas bancarias de libre disposición a nombre de tres funcionarios y con saldos medios mensuales superiores a los 600 millones de pesetas, adjudicación de contratas a empresas irregulares propiedad de familiares de responsables de la Administración y ausencia de los más elementales criterios de contabilidad pública en buen número de partidas son algunas de las irregularidades detectadas en la Dirección General de Transportes Terrestres y en las Jefaturas Provinciales de dicha dirección.Todas estas operaciones irregulares, que han sido sacadas a la luz por una inspección que ordenó el actual ministro de Transportes, Turismo y Comunicaciones, se venían realizando desde 1978 y suponen un fraude de unos 12.000 millones de pesetas. La inspección todavía continúa, pero dada la gravedad de las actuaciones descubiertas, el asunto ha sido elevado al Consejo de Ministros y remitido al Tribunal de Cuentas, Intervención General del Estado, Fiscalía y tribunales ordinarios.

Las irregularidades en la administración de los transportes por carretera eran un secreto a voces. La gente del sector denomina a estas tasas inventadas el "trabucazo"; y en la Administración se echaba mano de estos fondos para pagar recibos de la luz, adquirir material de oficina o repañir dietas. Durante cinco años, ningún ministro de Transportes dudó de la licitud de estos fondos.

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