La marcha pacifista Berlín-Ginebra pide la desnuclearización de Europa

La desnuclearización de Europa, la congelación de los programas de armamento, el desmantelamiento de los misiles soviéticos SS-20 y la renuncia inmediata a la instalación de cohetes Pershing 2 y de crucero en Europa occidental son, en síntesis, las principales reivindicaciones del movimiento pacifista y de los organizadores de la marcha para la paz Berlín-Ginebra.

Tras su llegada ayer a Suiza, los manifestantes se declararon dispuestos a entregar sendos escritos a las delegaciones soviética y norteamericana que desde noviembre de 1981 discuten la posiblidad de un acuerdo sobre las a...

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La desnuclearización de Europa, la congelación de los programas de armamento, el desmantelamiento de los misiles soviéticos SS-20 y la renuncia inmediata a la instalación de cohetes Pershing 2 y de crucero en Europa occidental son, en síntesis, las principales reivindicaciones del movimiento pacifista y de los organizadores de la marcha para la paz Berlín-Ginebra.

Tras su llegada ayer a Suiza, los manifestantes se declararon dispuestos a entregar sendos escritos a las delegaciones soviética y norteamericana que desde noviembre de 1981 discuten la posiblidad de un acuerdo sobre las armas estratégicas nucleares de alcance medio (INF). Sus exigencias básicas incluyen un compromiso público de ambas superpotencias de "no ser los primeros en utilizar el arma atómica" y la necesidad de que representantes del movimiento pacifista participen en las negociaciones sobre los euromisiles.

La marcha para la paz, en la que participan comités y asociaciones de varios países occidentales, ha convocando en los últimos meses diversas concentraciones para advertir a la opinión pública europea sobre los riesgos de un conflicto nuclear entre el Este y el Oeste.

Es inaceptable que la suerte de los pueblos de Europa, argumenta el movimiento pacifista, esté en manos de los rusos y de los norteamericanos. Cualquier solución negociada únicamente por las dos superpotencias no es válida para Europa, dicen, porque tanto la delegación soviética como la estadounidense están preocupadas por aumentar su capacidad de disuasión frente al interlocutor; es decir, su supremacía militar y no nuestra seguridad.

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