Cartas al director

La plaza Mayor, en verano

No llego a comprender cómo en nombre de la cultura el Madrid estival se queda sin plazas; el caso, por tratarse de un símbolo urbano más escandaloso, es el de la plaza Mayor. Abierta por Felipe III, con proyecto de Juan Gómez de Mora, y cerrada por una encorsetada forma de entender la cultura por los actuales responsables del Gobierno de nuestra ciudad.Resulta paradójico ver cómo en el ya cansado siglo XX, y en una España recién nacida a la democracia, cuando se cree superada la idea de ciudad barroca, un marco urbano creado como escenario para la vida ciudadana se nos presenta hoy hostil y se...

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No llego a comprender cómo en nombre de la cultura el Madrid estival se queda sin plazas; el caso, por tratarse de un símbolo urbano más escandaloso, es el de la plaza Mayor. Abierta por Felipe III, con proyecto de Juan Gómez de Mora, y cerrada por una encorsetada forma de entender la cultura por los actuales responsables del Gobierno de nuestra ciudad.Resulta paradójico ver cómo en el ya cansado siglo XX, y en una España recién nacida a la democracia, cuando se cree superada la idea de ciudad barroca, un marco urbano creado como escenario para la vida ciudadana se nos presenta hoy hostil y se niega al ciudadano el derecho a ser el intérprete de la obra para la cual fue ideado. Porque el espectáculo ni goza ni deja gozar de ese escenario que es la plaza, tan cotidiano y vital.

¡Con qué facilidad lo han convertido en un espacio estéril! No hay derecho a que nos castren una parte de la ciudad, no hay derecho a que nos quiten el derecho a gozarla.

¿Dónde está la plaza? / y Ángel Sebastián.

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