Cartas al director

El acueducto y Bellas Artes

¿Cómo explicarse que, tratándose de una joya arquitectónica sin igual como es el acueducto de Segovia, los promotores de la edificación de un inmueble voluminoso en sus cercanías obtuvieran en su día la licencia de construcción sin la oposición de Bellas Artes?Si las obras de tal edificio se detienen definitivamente, todos los españoles tendremos una deuda de gratitud con todas las personas que, como Pedro Altares, han levantado su grito al cielo para tratar de impedir semejante impostura al deleite del acueducto y un tal ultraje al arte de la historia y a la historia del arte.

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¿Cómo explicarse que, tratándose de una joya arquitectónica sin igual como es el acueducto de Segovia, los promotores de la edificación de un inmueble voluminoso en sus cercanías obtuvieran en su día la licencia de construcción sin la oposición de Bellas Artes?Si las obras de tal edificio se detienen definitivamente, todos los españoles tendremos una deuda de gratitud con todas las personas que, como Pedro Altares, han levantado su grito al cielo para tratar de impedir semejante impostura al deleite del acueducto y un tal ultraje al arte de la historia y a la historia del arte.

Es descorazonador comprobar que el director general de Bellas Artes acuse de españolada el empeño de quienes quieren proteger nuestras desprotegidas y maltrechas ciudades monumentales, tan profusa y tristemente circundadas por esperpénticos volúmenes de hormigón armado. Ésa, y, no la de signo contrario, ha sido la españolada que más daño ha hecho a nuestros monumentos y a nuestros paisajes. Pero si eso no lo sabe ver ni denunciar nuestro director general de Bellas Artes, tendremos que consolarnos con la valentía de unos pocos, entre los cuales Pedro Altares se ha destacado como merecedor de nuestra gratitud y elogio. /

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