Tribuna:

Superación de una etapa histórica

"Ayer era el Rey de España, máximo representante constitucional de la nación; hoy es este modesto representante de la soberanía popular que radica en las Cortes generales, quienes convenimos con ustedes en la superación de una etapa histórica y en la iniciación de un nuevo tipo de relaciones basadas en la igualdad, guiadas por el común afán de libertad y de lucha codo con codo contra cualquier clase de opresión, desde la identidad de unos valores permanentes en que se edifica nuestra comunidad histórica y cultural", dijo ayer el vicepresidente del Congreso español, Leopoldo Torres, en el acto ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

"Ayer era el Rey de España, máximo representante constitucional de la nación; hoy es este modesto representante de la soberanía popular que radica en las Cortes generales, quienes convenimos con ustedes en la superación de una etapa histórica y en la iniciación de un nuevo tipo de relaciones basadas en la igualdad, guiadas por el común afán de libertad y de lucha codo con codo contra cualquier clase de opresión, desde la identidad de unos valores permanentes en que se edifica nuestra comunidad histórica y cultural", dijo ayer el vicepresidente del Congreso español, Leopoldo Torres, en el acto de clausura del primer período de sesiones del Parlamento andino.Las palabras del diputado socialista reflejan la sintonía perfecta que la España democrática, con su popular embajador al frente, Juan Carlos I, ha conseguido con la nueva etapa que se vive en Latinoamérica, una etapa de resurgir nacionalista, hastiada de prepotencias coloniales y neocoloniales deseosa de actuar con una voz propia, fuera del juego de la política de bloques, como lo está demostrando estos días con la iniciativa del llamado grupo de Contadora, para encontrar una solución regional para Centroamérica e impedir que Washington vuelva a actuar militarmente.

La entereza y aguante demostrados por el Rey en este viaje para conmemorar el bicentenario del natalicio de Simón Bolívar, asumiendo las críticas de aquellos que consideran una tomadura de pelo conceder el primer premio internacional que lleva el nombre del Libertador a un descendiente directo del monarca Borbón Fernando VII, cuyos ejércitos lucharon para impedir la independencia de las colonias, y reconociendo que "se equivocaron aquellos que quisieron mantener la vigencia del antiguo régimen", se ganó completamente el corazón de los gobernantes bolivarianos.

Como anécdota conviene intercalar aquí que los problemas de protocolo creados a los organizadores venezolanos por la presencia en Caracas de siete jefes de Estado provocó que las acreditaciones entregadas a la Casa Real aparecieran bajo el título "Presidencia de la República de España". El jefe de la Casa Real devolvió discretamente las tarjetas.

Cuando los presidentes de Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Panamá firmaban el pasado día 24 la Declaración de Caracas, "evidenciando el profundo e incomparable simbolismo del reencuentro histórico entre la España imperecedera y los países americanos", o cuando el presídente de Venezuela, Luis Herrera Campins, proclamaba ante el panteón de Simón Bolívar que "ha terminado la querella histórica de las dos Españas", se hacían verdad las palabras que ayer decía a los periodistas españoles el ministro Fernando Morán: "Nuestra capacidad de influencia no tiene par".

La política latinoamericana del Gobierno de Felipe González está siendo más realista y comprometida que la de sus antecesores, y esto se reconoce ampliamente entre los gobernantes y los pueblos de la región. "España, que antes del final de la presente legislatura contará con una agencia interministerial y una ley de cooperacion exterior, destinará en lo sucesivo un 60% del porcentaje que se dedique a ayuda exterior a Latinoamérica", informó Morán. El Gobierno promoverá también, una vez dentro del Mercado Común Europeo, acuerdos preferenciales de la CEE con las repúblicas americanas y potenciará el Instituto de Cooperación Iberoamericana.

La crisis económica que atraviesa la región y su endeudamiento externo no permite a España obtener ventajas fuertes de esta nueva etapa, pero lo que sí está claro de cara al futuro es que en la redefinición que se está haciendo de la doctrina Monroe: "América para los americanos", España no volverá a quedar fuera, como lo estuvo en los últimos 150 años, de la historia diaria de aquella empresa que contribuyó a crear.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En