La Conferencia de Madrid será clausurada por 35 ministros de Exteriores el 9 de septiembre

La Conferencia de Madrid será clausurada los días 7, 8 y 9 de septiembre, justo tres años después del inicio de sus trabajos. Esta decisión fue adoptada ayer por el pleno de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE), al ser aprobada una propuesta presentada por España.

Formalmente, la reunión de Madrid empezó el 11 de noviembre de 1980, pero los trabajos de la fase preparatoria comenzaron el 9 de septiembre. El acuerdo está pendiente tan sólo de que Malta otorgue antes de esa fecha su visto bueno al documento final aprobado el pasado viernes. Hasta que ese hecho no s...

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La Conferencia de Madrid será clausurada los días 7, 8 y 9 de septiembre, justo tres años después del inicio de sus trabajos. Esta decisión fue adoptada ayer por el pleno de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE), al ser aprobada una propuesta presentada por España.

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Formalmente, la reunión de Madrid empezó el 11 de noviembre de 1980, pero los trabajos de la fase preparatoria comenzaron el 9 de septiembre. El acuerdo está pendiente tan sólo de que Malta otorgue antes de esa fecha su visto bueno al documento final aprobado el pasado viernes. Hasta que ese hecho no se produzca, la reunión de Madrid no se interrumpirá por la habitual pausa de verano, aunque la mayor parte de los 35 países de la CSCE -todos los de Europa menos Albania, más Estados Unidos y Canadá- quedarán representados por los números dos o tres de sus delegaciones.A las sesiones de clausura asistirán los ministros de Asuntos Exteriores de todos los países, entre ellos el secretario de Estado norteamericano, George Shultz, y el jefe de la diplomacia soviética, Andrei Gromiko. Todos ellos intervendrán sin respetar estrictamente el orden establecido previamente por sorteo.

Según ese orden, San Marino sería el último país en tomar la palabra en la clausura, pero parece muy posible que alguna potencia interesada en pronunciar el último discurso de la Conferencia negocie esta posibilidad con la delegación de esa pequeña república. A esta posibilidad se opuso en principio Malta. España, como país anfitrión, presidirá la última sesión.

La Conferencia de Madrid ha terminado por tanto su labor. Los pasillos del Palacio de Exposiciones y Congresos no eran ayer escenario de los habituales contactos para limar las tensiones Este-Oeste, sino lugar de encuentro para preparar los viajes de regreso al país de origen de cada delegado.

El éxito de haber llegado a la adopción de un documento final importante, no ha podido verse inmediatamente coronado por la solemnidad de una ceremonia de clausura. Los últimos días de la Conferencia de Madrid no están haciendo honor al clima de entendimiento del último mes, sino más bien a la languidez que la caracterizó durante la mayor parte de los meses anteriores. Algunas de las personas habituales en las largas sesiones de este foro comentaban ayer que ya sólo queda rezar para que de aquí a septiembre no ocurra en el mundo algo que impida el apretón de manos en Madrid entre Gromiko y Shultz.

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En la reunión de ayer la delegación de Hungría intervino para solicitar que Malta acepte el documento final. Posteriormente, el delegado maltés, Evarist Saliba, se reunió con un miembro de la delegación de la Unión Soviética, quien le insistió, según manifestó posteriormente el propio Saliba, en la necesidad de que el Gobierno de La Valetta modifique lo antes posible su posición.

El documento final aprobado el pasado viernes recoge el proyecto de los países neutrales y no alineados, la propuesta presentada por el presidente del Gobierno español, Felipe González, y la iniciativa suiza de incluir la convocatoria de una reunión de expertos en contactos humanos en un anexo.

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