Magaña intenta demostrar a EE UU que su país avanza política, social y humanitariamente

Mientras el presidente de El Salvador, Alvaro Magaña, intentaba convencer ayer al Congreso de Estados Unidos de las mejoras políticas, sociales y humanitarias que está experimentando su país, uno de los portavoces de la oposición salvadoreña, Rubén Zamora, pedía que la Administración norteamericana tome parte activa en las posibles negociaciones entre el Gobierno y la oposición, en busca de una solución política a la guerra civil que destroza esta república centroamericana durante los últimos años.

Magaña se entrevistó con el presidente Ronald Reagan, con el secretario de Estado, George...

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Mientras el presidente de El Salvador, Alvaro Magaña, intentaba convencer ayer al Congreso de Estados Unidos de las mejoras políticas, sociales y humanitarias que está experimentando su país, uno de los portavoces de la oposición salvadoreña, Rubén Zamora, pedía que la Administración norteamericana tome parte activa en las posibles negociaciones entre el Gobierno y la oposición, en busca de una solución política a la guerra civil que destroza esta república centroamericana durante los últimos años.

Magaña se entrevistó con el presidente Ronald Reagan, con el secretario de Estado, George Shultz, y con el enviado especial para Centroamérica, Richard Stone. También lo hizo con el comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, reacio a conceder la totalidad de la ayuda militar y económica que la Casa Blanca solicita para El Salvador, excepto si hay una neta mejora judicial y en el respeto de los derechos humanos."Luchamos por la democracia y necesitamos ayuda", dijo Magaña ante del comité parlamentario. Explicó que su país necesita recibir el apoyo militar y económico de EE UU para lograr restablecer la paz y la democracia. La Administración Reagan solicitó al Congreso una ayuda militar y económica para El Salvador por valor de 136 millones de dólares para 1983, y otros 86 para 1984. Pero el comité de Asignaciones de la cámara baja recortó el programa a 76,3 millones de dólares para cada año, supeditándolo a la mejora en el respeto a los derechos humanos en El Salvador. Tanto los líderes liberales del Congreso como la opinión pública estadounidense dudan que la escalada en la ayuda militar a El Salvador sea el camino válido para salir de la crisis.

El presidente Reagan explicó anoche que revisaron conjuntamente los esfuerzos de paz del grupo de contadora y expresó a Magaña el deseo de Washington de que haya rápidas elecciones generales en El Salvador -para mediados del próximo diciembre-, algo que rechaza tanto la oposición como los miembros más conservadores de la vida política salvadoreña. Para el portavoz de la coalición guerrillera salvadoreña del FMLN-FDR, Rubén Zamora, las elecciones sólo tienen sentido si se logra previamente establecer un proceso pacificador. Y la única vía, en su opinión, es la negociación.

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