Previsible desbloqueo de varios capítulos en la sesión negociadora España-CEE

La sesión de negociación hispano-comunitaria a nivel ministerial que el martes tendrá lugar en Luxemburgo se presenta bajo un enfoque técnico más que político cuando el proceso de ingreso de España en la CEE está avanzando con el freno de mano puesto y olor a quemado. Cabría esperar que se desbloquearan los apartados de Textiles y Restricciones Cuantitativas, dentro del capítulo de Unión Aduanera, si los ministros de Asuntos Exteriores de la CEE deciden mañana flexibilizar su postura a llegar a un compromiso con España.

En el apartado de textiles, el problema principal sigue siendo el r...

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La sesión de negociación hispano-comunitaria a nivel ministerial que el martes tendrá lugar en Luxemburgo se presenta bajo un enfoque técnico más que político cuando el proceso de ingreso de España en la CEE está avanzando con el freno de mano puesto y olor a quemado. Cabría esperar que se desbloquearan los apartados de Textiles y Restricciones Cuantitativas, dentro del capítulo de Unión Aduanera, si los ministros de Asuntos Exteriores de la CEE deciden mañana flexibilizar su postura a llegar a un compromiso con España.

En el apartado de textiles, el problema principal sigue siendo el ritmo de apertura recíproca de los mercados. España pide cinco años de plazo. La CEE quiere solamente tres, con un crecimiento anual de 9%, 11 % y 13 % del volumen de las exportaciones españolas hacia la Comunidad y de un 20% en volumen o 25% en valor anual de las exportaciones comunitarias hacia España. Es, sin embargo, posible que la CEE acepte un período transitorio de cuatro años.Las listas de productos en los que España quiere conservar restricciones a la importación siguen siendo un escollo, especialmente en lo que se refiere a armas de caza, tractores, máquinas de coser y televisores en color de más de 42 cm, cuestiones que la CEE ha intentado despejar estos últimos días. Para España se trata principalmente de evitar que los acuerdos que se puedan tomar en este apartado prejuzguen el período transitorio total. Pero, de llegarse a un acuerdo en Luxemburgo sobre estos dos apartados, en el capítulo de Unión Aduanera no quedaría más que resolver el problema del período transitorio. Problema arduo, dada la postura presentada por la Comisión Europea, pidiendo que España comience ya antes de su adhesión el desarme arancelario. El período transitorio tras el ingreso, según la Comisión, debe ser de siete años. Es, sin embargo, el Consejo de Ministros de la CEE, y no la Comisión, quien negocia. Pero un documento de base fija los términos del debate.

La delegación española, encabezada por el ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, presentará sendas declaraciones sobre Relaciones Exteriores (Productos CECA) y sobre Patentes. Sobre este mismo tema presentará la CEE un documento. Se recordará que el conflicto sobre las patentes estriba en que en España rige el sistema de la patente del procedimiento y no del producto, en contra de lo que ocurre en la mayoría de los países de la CEE. España no rechaza esta postura, pero pide un período de diez años para reformar su legislación, defendiendo así a la industria química y farmacéutica.

La CEE presentará, por otra parte, una declaración sobre Relaciones Exteriores que será una puesta al día de los puntos en que hay acuerdo. La CEE parece haber aceptado la tesis española de que España no puede desarmarse arancel arancelariamente frente a países terceros más rápidamente que frente a la Comunidad, pidiendo un paralelismo. España, por su parte, parece haber aceptado como suficientes las explicaciones de la CEE sobre las garantías para la libre práctica comercial, prevista en el artículo 115 del Tratado de Roma. Este documento, de confirmar estas tendencias, "no es deslumbrante, pero sí importante", según fuentes españolas.

Los capítulos más conflictivos de la negociación no han quedado aún abiertos. Si la Comisión Europea ha preparado un documento sumamente duro sobre pesca, no ha cumplido su promesa de ultimar otro sobre agricultura para el 20 de abril. La CEE no ha resuelto aún la reforma de la normativa para los productos agrícolas mediterráneos. Y mayo, para los funcionarios de la Comisión, es un mes con pocos días hábiles. Todo se acumula para junio y para la cumbre de Stuttgart, que va tan cargada que se puede derrumbar.

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