LA LIDIA / FERIA DE SEVILLA

Emilio Muñoz , contento dentro de su desgracia

Emilio Muñoz se considera "el hombre más feliz del mundo. Le corté las dos orejas al toro y, además, lo hice en Sevilla. He triunfado en una de las plazas más importantes del mundo. Merecía la pena la corná".Muñoz tenía el muslo abierto en canal por una cornada que le infirió un toro de Fermín Bohórquez, precisamente el del triunfo. Pero la gloria a veces se paga con sangre, al menos suelesuceder con relativa frecuencia en los toros. La gloria suele pedir elevados tributos, la mayoría en carne y sangre. Emilio Muñoz lo sabía, pero se tiró p`a- lante, desoyendo los gritos d...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Emilio Muñoz se considera "el hombre más feliz del mundo. Le corté las dos orejas al toro y, además, lo hice en Sevilla. He triunfado en una de las plazas más importantes del mundo. Merecía la pena la corná".Muñoz tenía el muslo abierto en canal por una cornada que le infirió un toro de Fermín Bohórquez, precisamente el del triunfo. Pero la gloria a veces se paga con sangre, al menos suelesuceder con relativa frecuencia en los toros. La gloria suele pedir elevados tributos, la mayoría en carne y sangre. Emilio Muñoz lo sabía, pero se tiró p`a- lante, desoyendo los gritos de prudencia de Maera, su mozo de espadas.

Maera, dijo Emilio Muñoz "me pidió que me apartase del toro, que todo estaba hecho. Pero yo tenía que estar ahí, en el sitio, con la mente puesta en el triunfo. Quería cortarle las orejas al toro, costase lo que costase. Era muy importante para mí. Lo tenía clarito: o salir por la Puerta del Príncipe o ir derecho a la clínica Virgen de Fátima".

Emilio Muñoz pasó una noche de perros. Ni los calmantes pudieron aplacar las mordeduras de dolor en el muslo del Niño de Triana. Sólo le reconfortaba el recuerdo dulce de los dos apéndices que tuvo por segundos antes de ir a parar a la enfermería.

El torero de Triana, nacido en la calle de la Pureza, a la orilla misma del Guadalquivir, lleva cinco años como matador de toros y ya casi ha perdido la cuenta de las cornadas que lleva en su cuerpo. El diestro, sin embargo, quita hierro a los accidentes y afirma que son "sólo gajes del oficio". Pese al dolor intenso, que no lo calma ni el Tanderil, el diestro está "feliz de ser lo que soy. Quiero ser millonario y no caerme de un andamio al colocar un ladrillo".

La cornada del de Bohórquez le ha hecho perder la corrida de esta tarde, su segunda del ciclo ferial, y esto es lo que más siente. El diestro, según el cirujano de la Real Maestranza, doctor Vila, estará en condiciones de reaparecer en un plazo no superior a los 15 días. Toreará en Madrid, en la feria de San Isidro.

Por otra parte, la empresa ha anunciado que su sustituto para la corrida de esta tarde será el joven Juán Mora, que tomó la alternativa en esta misma plaza.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En