Peter Magg e Igor Oistrakh, en un buen programa de Chaikovski

La vuelta de Peter Maag, principal director invitado de la ONE en la actual temporada, ha tenido lugar con dos obras de Chaikovski básicas en el repertorio de todos los violinistas y orquestas del mundo: el Concierto en Re mayor y la Quinta sinfonía.Garantizados, pues, el tirón del programa, la familiaridad de la orquesta con las partituras (lo que no impidió ciertas torpezas en el Concierto) y casi se diría que hasta, el éxito, sólo faltaba observar la aportación del maestro para hacer versiones de las lecturas y, sobre todo, el actual momento del gran violi...

La vuelta de Peter Maag, principal director invitado de la ONE en la actual temporada, ha tenido lugar con dos obras de Chaikovski básicas en el repertorio de todos los violinistas y orquestas del mundo: el Concierto en Re mayor y la Quinta sinfonía.Garantizados, pues, el tirón del programa, la familiaridad de la orquesta con las partituras (lo que no impidió ciertas torpezas en el Concierto) y casi se diría que hasta, el éxito, sólo faltaba observar la aportación del maestro para hacer versiones de las lecturas y, sobre todo, el actual momento del gran violinista ruso Igor Oistrakh.

Desde esa plataforma a la vez cómoda y peligrosa que suponía seguir los pasos de su padre, uno de los primerísimos violinistas de nuestro siglo, Igor Oistrakh ha hecho una carrera extraordinaria que prácticamente se revalida en cada actuación.

Su versión del Concierto de Chaikovski, perfecta de afinación y con ese portentoso dominio del arco que le permite resultados sonoros y frasísticos singulares, tuvo además la virtud de huir absolutamente de cualquier indicio (tan frecuente al interpretarse esta obra) de retórica huera o amaneramiento.

La respuesta del público, clamorosa, estuvo a tono con las calidades de la interpretación.