Crítica:MÚSICA CLÁSICA

Narciso Yepes, entre la popularidad y el rigor

Una vez más, Narciso Yepes demostró en el Teatro Real sus calidades musicales y su tirón del público que lo ha convertido en figura popular dentro y fuera de España.Equilibrar popularidad y rigor, comunicación masiva y exigencia autocrítica, viene siendo la nota definitoria de la personalidad de la interpretación musical del magisterio de Narciso Yepes.

Una Canción inglesa, de Adriaensen; una Sonata, de Falckenhagen, y un Aria y fantasía, de Kellner, nos trajeron los ecos de la tradición laudística nórdico-germana, desde el ejemplo temprano del holandés Adria...

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Una vez más, Narciso Yepes demostró en el Teatro Real sus calidades musicales y su tirón del público que lo ha convertido en figura popular dentro y fuera de España.Equilibrar popularidad y rigor, comunicación masiva y exigencia autocrítica, viene siendo la nota definitoria de la personalidad de la interpretación musical del magisterio de Narciso Yepes.

Una Canción inglesa, de Adriaensen; una Sonata, de Falckenhagen, y un Aria y fantasía, de Kellner, nos trajeron los ecos de la tradición laudística nórdico-germana, desde el ejemplo temprano del holandés Adriaensen (1554-1604) hasta las páginas dieciochescas, tocadas de galantería, propias del barroco tardío, formaron parte del programa interpretado por el gran músico español en este importante recital celebrado el pasado martes en el Teatro Real de Madrid.

Obras de Adriaensen, Falckenhagen, Kellner, Scarlatti, Conge, Satie, Sáinz de la Maza, Rodrigo, Castelnuovo-Tedesco y Ginastera

Solista: Narciso Yepes. Teatro Real, 12 de abril.

El puente de las sonatas de Scarlatti

Por el puente de dos sonatas de Domenico Scarlatti llegamos al simplísimo Erik Satie a través de Michel Conge, nacido en la Cataluña francesa en 1912 y tan medievalista en los gustos como el mismísimo Satie, si bien el reflejo en los pentagramas del mentor de los seis fue bastante más evidente y original.La segunda parte del recital estaba dedicada a lo hispánico. La gracia elegante y popular del ya desaparecido guitarrista Regino Sáinz de la Maza luce siempre en Petenera y Andaluza, y la sabrosa e incisiva gracia de las composiciones de Joaquín Rodrigo campea en las tres piezas denominadas Por los campos de España; Mario Castelnuovo-Tedesco, florentino, entregado a la música guitarrística hasta su muerte, en 1968, queda lejano del espíritu de Francisco de Goya en sus célebres Tres caprichos.

Mucho más interesante y atractiva, la Sonata, op. 47 (1976), del compositor argentino, residente en Suiza, Alberto Ginastera, obtuvo un éxito considerable.

Lo racial-popular queda asumido por la obra del compositor Alberto Ginastera a través de un lenguaje inquieto y libre, condicionado por las características de la guitarra, instrumento al que extrae todas sus posibilidades técnico-expresivas.

Músicas familiares

Tras el programa comenzó el segundo programa de propina, que los adeptos de Narciso Yepes (que se cuentan en el mundo por millones) solicitan una y otra vez. Volvimos a escuchar músicas familiares de los compositores Tárrega, Albéniz y Emilio Pujol.Narciso Yepes había hecho, a lo largo de su actuación, cosas mucho más importantes; había servido a su rigurosa exigencia, pero, al final, tampoco pudo negarse al mandato de la popularidad.

Criticar la manera o el estilo de la interpretación de Narciso Yepes se me antoja pura obviedad cuando ha llegado ya a ese estrato, difícil de alcanzar, en el que un artista se define por su propio nombre y apellido.

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