Un 4% de la mortalidad entre los agricultores andaluces se debe a productos tóxicos

Un 4% de la mortalidad registrada entre los agricultores andaluces podría ser atribuible a intoxicaciones procedentes de la manipulación de productos que contienen órgano-fosfatos y que la agricultura emplea para eliminar los organismos vivos perjudiciales para las buenas cosechas, según se desprende de un reciente estudio basado en una encuesta a 1.400 campesinos.

La tesis fue expuesta en el Primer Simposio sobre Riesgos laborales de los fitosanitarios, organizado por el departamento de Trabajo de la Generalitat de Cataluña, que reunió la semana pasada en Lérida a más de 130...

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Un 4% de la mortalidad registrada entre los agricultores andaluces podría ser atribuible a intoxicaciones procedentes de la manipulación de productos que contienen órgano-fosfatos y que la agricultura emplea para eliminar los organismos vivos perjudiciales para las buenas cosechas, según se desprende de un reciente estudio basado en una encuesta a 1.400 campesinos.

La tesis fue expuesta en el Primer Simposio sobre Riesgos laborales de los fitosanitarios, organizado por el departamento de Trabajo de la Generalitat de Cataluña, que reunió la semana pasada en Lérida a más de 130 especialistas de Cataluña, Huesca, Madrid y Castellón.

Estos datos, aunque no pueden hacerse extensibles al resto de la agricultura española, detectan la existencia de enfermedades que no son más que intoxicaciones encubiertas por causa de los productos fitosanitarios.

La acción nociva, que suele manifestarse por dolores de cabeza o cansancio muscular, se da tanto en agricultores que usan los productos como en las personas que los manipulan al comercializarlos o transportarlos.

El simposio, el primero que se celebra en España, recomienda una amplia información a los agricultores para que hagan un uso correcto de los productos fitosanitarios que penetran en el organismo humano por tres vías: inhalación, restos líquidos que atraviesan la piel y vía digestiva.

Según otro estudio presentado en la misma reunión, el 30% de los análisis practicados a lo largo de los dos últimos años a cerca de cien trabajadores de diferentes empresas de Lérida dedicadas a la manipulación de productos fitosanitarios -insecticidas, herbicidas y fungicidas- arrojaron un índice mínimo de colinesterona, lo que indica que estos empleados se encuentran al borde de una intoxicación.

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