La estafeta, ¿nueva?

Uno de los casos más fascinantes del mundo de la cultura española es el de la Nueva Estafeta. Esta estafeta, con la piel estirada, es simplemente la continuadora de aquella otra epónima nacida hace demasiado tiempo.La Nueva Estafeta es una publicación del Ministerio de Cultura dirigida por el último premio Cervantes, Luis Rosales, y su clan de poetas nostálgicos adoradores de la flor natural.

Una de sus pretendidas funciones es la de promover la crítica literaria en España; para ello utiliza este lema: "Si no siempre entendidos, siempre abiertos"; pero lo cierto es que est...

Uno de los casos más fascinantes del mundo de la cultura española es el de la Nueva Estafeta. Esta estafeta, con la piel estirada, es simplemente la continuadora de aquella otra epónima nacida hace demasiado tiempo.La Nueva Estafeta es una publicación del Ministerio de Cultura dirigida por el último premio Cervantes, Luis Rosales, y su clan de poetas nostálgicos adoradores de la flor natural.

Una de sus pretendidas funciones es la de promover la crítica literaria en España; para ello utiliza este lema: "Si no siempre entendidos, siempre abiertos"; pero lo cierto es que esta especie de dietano interminable de recetas de cocina literarias, que va por el mundo como prestigiosa publicación mensual de nuestra primera institución pública de cultura, no cumple más que su mediocre destino de estar abocada a repetirse todos los meses. Y así, mes tras mes, esta Nueva Estafeta se dedica -no sabemos si premeditamente- a hacerse extremadamente soporífera, ilegible y, lo que es peor, inútil.

El aire de la revista destila no sé qué duermevela de tiempos pasados -a pesar de sus colorísticas portadas- y de entre sus páginas de críticas, que conforman un 60% de la publicación, puede observarse -no sin cierto asombro y rigor- que una gran parte de ellas llegan con un año o dos de retraso es decir: a mí me publican un libro en este año y con un poco de suerte saldrá su comentario crítico en eÍ año 1985.

Yo creo que nuestro ministerio debe plantearse el dar un vertiginoso giro a esta publicación y recuperarla de su sueño arqueológico; en beneficio de sus colaboradores, de los lectores y de la deteriorada cultura española. /