El desenlace de la crisis de Rumasa

Hacienda deberá guardar secreto bancario a efectos fiscales

Con la expropiación de los dieciocho bancos de Rumasa, Hacienda se verá obligada a guardar secreto bancario a efectos fiscales consigo misma, si no quiere que dichas entidades pierdan depositantes, según han comentado medios del sector bancario.El dilema planteado, de acuerdo con las mismas fuentes, es de gran trascendencia. Si el Gobierno intenta llevar a rajatabla su propósito de aumentar la recaudación fiscal mediante la lucha contra el fraude, tendrá que acentuar sus gestiones para que la banca colabore, e incluso dar ejemplo, pues los bancos expropiados dependen de la Dirección General de...

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Con la expropiación de los dieciocho bancos de Rumasa, Hacienda se verá obligada a guardar secreto bancario a efectos fiscales consigo misma, si no quiere que dichas entidades pierdan depositantes, según han comentado medios del sector bancario.El dilema planteado, de acuerdo con las mismas fuentes, es de gran trascendencia. Si el Gobierno intenta llevar a rajatabla su propósito de aumentar la recaudación fiscal mediante la lucha contra el fraude, tendrá que acentuar sus gestiones para que la banca colabore, e incluso dar ejemplo, pues los bancos expropiados dependen de la Dirección General de Patrimonio, del Ministerio de Economía y Hacienda.

Pero si desea mantener la confianza en los bancos del grupo recién expropiado, no podrá marcar pauta alguna en ese sentido, pues para nadie es un secreto que diversas formas de ahorro encuentran notables incentivos, en la ocultación fiscal.

La propia banca se ha negado durante los últimos años a facilitar a Hacienda las listas de perceptores de intereses. Se limita a liquidar las retenciones fiscales suyas y de sus clientes, sin especifiar a quienes corresponden. Por ello, la Asociación de Banca Privada entabló con el Ministerio de Hacienda un pleito que todavía no ha sido resuelto.

La situación había animado a diversos bancos a seguir el ejemplo de las cajas de ahorros, pagando parte de los intereses en especie, mediante los regalos más variopintos. Uno de estos bancos es, precisamente, el Banco Atlántico, el mayor de todo el grupo de Rumasa.

Aunque fuentes gubernarnentales todavía no se han pronunciado oficialmente por el dilema, medios allegados a los bancos expropiados esperan mantener la práctica bancaria habitual. Es decir, no facilitar listas al Ministerio de Hacienda hasta que lo haga el conjunto de la banca.

Favores que pueden ser contraproducentes

Otros medios de los bancos expropiados han indicado que quienes pretenden ir desde hoy a abrir cuentas, en señal de apoyo con las medidas dictadas por el Gobierno, harían un flaco servicio a los diversos bancos.

Como informó ayer EL PAÍS, en diversos centros de trabajo ha circulado la idea de acudir a abrir cuentas, para contrarrestar las eventuales retiradas de depósitos que pudieran registrarse a partir de hoy.

Según los informantes, la previsible gran afluencia de público después de tres días hábiles de cierre desaconseja tales iniciativas si realmente persiguen el mencionado objetivo, pues lo mejor que puede ocurrir durante las próximas fechas es que no haya mucha gente al mismo tiempo en los patios de operaciones.

Recordaron que, durante el cierre, se han acumulado talones y efectos girados por otros bancos a través de las cámaras de compensación, y que el día de final de mes, como es hoy, se registra en todas las entidades de crédito un gran movimiento de operaciones, por el pago de nóminas y otras operaciones conexas.

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