Los cuartetos de Beethoven, con los Stradivarius del palacio Real

Mañana lunes, día 14, en el Salón de las Columnas del Palacio Real, el cuartero Endres, de Munich, ofrecerá un programa interpretado con los instrumentos Stradivarius de la Corte de España. Estará de dicado a Beethoven, con la interpretación de los cuartetos Op. 18, número 5 en lamayor; Op. 95 en fa menor, y Op. 59 número 3 en do mayor. Viene a ser un preludio de la serie organizada por la Universidad Autónoma y el Patrimonio Nacional en el teatro Real durante los días 16, 17, 23 y 24 de febrero y 2 y 3 de marzo.

Creo que por primera vez en la historia, será interpretado el cielo...

Mañana lunes, día 14, en el Salón de las Columnas del Palacio Real, el cuartero Endres, de Munich, ofrecerá un programa interpretado con los instrumentos Stradivarius de la Corte de España. Estará de dicado a Beethoven, con la interpretación de los cuartetos Op. 18, número 5 en lamayor; Op. 95 en fa menor, y Op. 59 número 3 en do mayor. Viene a ser un preludio de la serie organizada por la Universidad Autónoma y el Patrimonio Nacional en el teatro Real durante los días 16, 17, 23 y 24 de febrero y 2 y 3 de marzo.

Creo que por primera vez en la historia, será interpretado el cielo de cuartero beethovenianos con los instrumentos Stradivarius de palacio Real. Ya de por sí, a pesar de tratarse de una de las piedras básicas de la historia musical y europea, los cuartetos de Beethoven, en su integridad, se escuchan rara vez y, si no me equivoco, debe hacer seis o siete años que no se programan en Madrid.

Pero la audición, encomendada a una agrupación prestigiosa como es el cuartero Endres, siempre en carrera ascendente dentro y fuera de Alemania, cobra valor especialísimo al poder seguirla desde el sonido de los viejos y gloriosos Stradivarius, que cuidara durante tantos años el profesor Ruíz Casaux. Distraída como está la atención de los musicófilos por llamadas divistas y sugestiones espectaculares, la vuelta a la verdad desnuda del mejor Beethoven y de uno de los más decisivos pasos dados por la cultura occidental, tiene sobre toda belleza un cierto valor de tratamiento.

En estos momentos, el ambiente musical español, necesita la música de cámara. Ninguna mejor que la serie de cuartetos beethovenianos, ni ningún público más adecuado que el dominado por la juventud actual, más volcada a la música que la de cualquier otro tiempo español, más buscadora de la verdad que de la apariencia.