Baremboim y la Orquesta de París abren el año Brahms en Barcelona y Madrid

Con las cuatro sinfonías, interpretadas por la Orquesta de París, bajo la dirección de Daniel Barenboim, se inició en el Palau de la Música de Barcelona el año Brahms, en el 150 aniversario de su nacimiento. Mañana volverán a actuar en el Palau. En el teatro Real se repetirán estas actuaciones los días 12 y 13. No se trata de una orquesta habitual, sino todo lo contrario: una formación de elite.

Nació la Orquesta de París, en la que todos y cada uno de quienes la forman poseen categoría de solistas, precisamente de la necesidad de que Francia ofreciera al mundo un conjunto capaz de ...

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Con las cuatro sinfonías, interpretadas por la Orquesta de París, bajo la dirección de Daniel Barenboim, se inició en el Palau de la Música de Barcelona el año Brahms, en el 150 aniversario de su nacimiento. Mañana volverán a actuar en el Palau. En el teatro Real se repetirán estas actuaciones los días 12 y 13. No se trata de una orquesta habitual, sino todo lo contrario: una formación de elite.

Nació la Orquesta de París, en la que todos y cada uno de quienes la forman poseen categoría de solistas, precisamente de la necesidad de que Francia ofreciera al mundo un conjunto capaz de medirse con los más prestigiosos de Europa. Quizá a la hora de la fundación pesase en los animadores de la idea un excesivo criterio de creación de imagen o, dicho en castellano liso, de monomanía de grandeza. De ahí que, una vez contratados los profesores, se buscase la cobertura de Herbert von Karajan, como nombre mítico de un director que para los franceses lo fue más en potencia que en realidad.Tras otros ensayos del mismo género, el viejo y querido Charles Münch tomó las riendas de la nueva entidad, pero la muerte le sorprendió cuando su labor estaba en los comienzos.

Decisión muy acertada fue la elección de Daniel Barenboim para encargarse de la Orquesta de París. El gran pianista argentino, de origen hebreo, posee unas dotes musicales tan raras como polifacéticas. Pronto se mostró un músico de cámara de primer orden y, sin tardanza, un conductor llamado a una carrera tan brillante como la que registra su biografía.

Alta musicalidad

Daniel Barenboim, desde su criterio de alta musicalidad y su formación tocada de germanismo, ilumina sus versiones con colaboraciones especiales, fruto de una imaginación creadora capaz de unir fidelidad e inventiva a la hora de abordar a los grandes maestros.Como suele suceder a los intérpretes latinos, Barenboim siente una extraordinaria vocación por las grandes páginas de la gran música germana y, desde hace un par de temporadas, es figura en los Festivales de, Bayreuth: sus interpretaciones de Tristán e Isolda han despertado el interés y el aplauso de todos.

Podría decirse que Barenboim entiende a Brahms desde Beethoven, Schubert, Schumann, Bruckner y Wagner; es decir, apresado en un círculo mágico que lo condiciona y lo libera de falsas tradiciones.

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