La OTAN pide a la URSS propuestas serias para relanzar el diálogo Este-Oeste

La Alianza Atlántica concluyó ayer en Bruselas su reunión de otoño con un llamamiento al diálogo dirigido a los nuevos dirigentes del Kremlin, basado en el respeto a la Carta de las Naciones Unidas y al acta final de Helsinki.El comunicado final aprobado por el Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la OTAN exige explícitamente la retirada soviética de Afganistán y el restablecimiento de la libertad sindical en Polonia.

La OTAN quiso también disipar cualquier duda en el ánimo de los soviéticos y advirtió que si no existe una propuesta "seria y constructiva" de la Unión Soviética ...

La Alianza Atlántica concluyó ayer en Bruselas su reunión de otoño con un llamamiento al diálogo dirigido a los nuevos dirigentes del Kremlin, basado en el respeto a la Carta de las Naciones Unidas y al acta final de Helsinki.El comunicado final aprobado por el Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la OTAN exige explícitamente la retirada soviética de Afganistán y el restablecimiento de la libertad sindical en Polonia.

La OTAN quiso también disipar cualquier duda en el ánimo de los soviéticos y advirtió que si no existe una propuesta "seria y constructiva" de la Unión Soviética para reducir el armamento nuclear de alcance medio en Europa, la Alianza Atlántica desplegará a finales del año próximo los euromisiles.

Estas condiciones fueron dura e inmediatamente criticadas por la agencia oficial soviética Tass, que afirmó que la reunión de la Alianza Atlántica confirma el diktat norteamericano en el campo occidental, acelera la escalada en la carrera de armamentos y agrava la tensión internacional.

Los europeos, y principalmente aquellos países directamente implicados en el despliegue de los misiles Pershing 2 y Cruise, esperan que el nuevo dirigente soviético Yuri Andropov presente en las negociaciones de Ginebra propuestas "realistas" que desbloqueen la actual situación, dominada por la llamada opción cero formulada por Estados Unidos y que consiste en la destrucción de los SS 12 a cambio del no despliegue de los misiles Pershing 2 y Cruise.

El ministro español de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, que no firmó el comunicado final, reiteró en Bruselas la voluntad del nuevo Gobierno de consultar al pueblo español "en el momento oportuno y tras un verdadero debate, sobre las formas de contribución de mi país a los objetivos y principios del mundo occidental, incluida o no su participación en la alianza".

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