El éxito de la huelga general de ayer en Argentina demuestra el creciente aislamiento de los militares

Todo el país quedó virtualmente paralizado ayer como consecuencia del masivo acatamiento de los trabajadores a la huelga general decretada por las dos grandes centrales sindicales argentinas. El porcentaje de huelguistas fue estimado coincidentemente por los medios oficiales y privados entre el 90% y el 95%.

, Los grandes establecimientos industriales de la capital federal y el Gran Buenos Aires y los del cordón industrial bonaerense permanecieron totalmente inactivos. La adhesión del transporte terrestre, incluido el ferroviario, fue decisivo para que la repercusión de la huelga alcanz...

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Todo el país quedó virtualmente paralizado ayer como consecuencia del masivo acatamiento de los trabajadores a la huelga general decretada por las dos grandes centrales sindicales argentinas. El porcentaje de huelguistas fue estimado coincidentemente por los medios oficiales y privados entre el 90% y el 95%.

, Los grandes establecimientos industriales de la capital federal y el Gran Buenos Aires y los del cordón industrial bonaerense permanecieron totalmente inactivos. La adhesión del transporte terrestre, incluido el ferroviario, fue decisivo para que la repercusión de la huelga alcanzara tal magnitud. Hasta las primeras horas de la tarde la jornada había transcurrido sin incidentes destacados, por lo que fue inútil el vasto operativo policial.Frente al silencio oficial se alzaron los portavoces de los principales gremios, quienes atribuyeron al acto un carácter de "plebiscito contra la política económica y social" y la definieron como una muestra del "aislamiento del poder militar".

Saúl Ubaldini, el líder de la CGT-Brasil, aseguró que "ésta es una clara advertencia para que se arbitren medidas urgentes que alivien la grave situación socioeconómica de los trabajadores argentinos. Si no tienen soluciones, que lo digan y que entreguen el poder inmediatamente. La democracia sí tiene esas soluciones".

Las primeras informaciones llegadas desde las principales ciudades del interior del país señalaban también el elevado porcentaje de huelguistas, a pesar de que, al igual que en la capital federal, se habían dispuesto medidas que facilitaban la libre circulación y aparcamiento de los automóviles, sin restricciones de ningún tipo.

Cuatro de los principales periódicos matutinos -La Prensa, Convicción, La Voz y El Cronista Comercial- no aparecieron por resolución de sus empresas editoras y ante la decisión tomada previamente por sus redacciones en asambleas internas. Los demás diarios, entre ellos los de mayor difusión, como Clarín y La Nación, fueron editados con menor cantidad de páginas y con tiradas reducidas, adecuadas a las reales posibilidades de venta y distribución, porque casi todos los quioscos permanecieron cerrados.

La poblada Buenas Aires presentaba un extraño aspecto por la afluencia de automóviles estacionados en cualquier lugar. Sólo el personal jerárquico de algunas empresas cumplió parcialmente con sus tareas. Las patrullas policiales hacían su recorrido en medio de un inusual silencio.

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Con esta abrumadora demostración de repudio, se inició el diciembre negro que le espera al Gobierno militar y que continúa el próximo jueves, día 9 de diciembre, cuando a las tres de la tarde se inicie la tradicional marcha de Las Madres de Plaza de Mayo, que esta vez durará veinticuatro horas continuas.

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