Crítica:

La música recuerda 'Casi un siglo de zarzuela' de Moreno Torroba

Reciente aún la muerte de Moreno Torroba, el teatro de la Zarzuela presentó el jueves, con un éxito completo, una antología de obras del maestro subtitulada Casi un siglo de zarzuela. Bien es verdad que la idea inicial (concierto zarzuelístico con trajes, decorados, danzas y poco más) está realizada con buen tono y hasta con cierta tendencia estilizadora, tanto en lo musical como en lo estético.La selección y dirección musical de Jorge Rubio es inteligente y refinada y los textos elegidos o los añadidos por Luca de Tena conservan dignidad aun en los momentos más inevitablemente con...

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Reciente aún la muerte de Moreno Torroba, el teatro de la Zarzuela presentó el jueves, con un éxito completo, una antología de obras del maestro subtitulada Casi un siglo de zarzuela. Bien es verdad que la idea inicial (concierto zarzuelístico con trajes, decorados, danzas y poco más) está realizada con buen tono y hasta con cierta tendencia estilizadora, tanto en lo musical como en lo estético.La selección y dirección musical de Jorge Rubio es inteligente y refinada y los textos elegidos o los añadidos por Luca de Tena conservan dignidad aun en los momentos más inevitablemente convencionales. Angel Montesinos, como todos cuantos han colaborado en la antología, se ha puesto al servicio de la música de Moreno Torroba, ha intentado recordar algunas de sus mejores consecuciones a través de un continuo brillante, contrastado y prodominantemente madrileñista. No en vano Moreno Torroba fue madrileño y heredero de las musas de Chueca y de Valverde, que alternaba con las meridionales de Gerónimo Giménez.

Buen plantel de cantantes

Un espectáculo líríco no tíene posibilidad de llegar a buen puerto sín un buen plantel de cantantes. Angeles Chamorro cantó la Marchenera excelentemente, por expresividad, adecuación castiza que no rompe la belleza de su línea estílístíca, por atractivo y técnica de voz. Otro tanto podríamos decír del barítono Antonio Blancas, de nobles medios y gran clase interpretativa en la citada obra y en fragmentos de Baile en Capitanía y Maravilla, o de la mezzo María Muriz, de tan coloreado timbre como buen hacer. En cuanto a Josefina Meneses, su trabajo en el campo de la zarzuela es tan constante y meritorio que por sí solo ya interesa.

Era voz nueva para muchos la del tenor Antonio Ordófíez, una agradable sorpresa por calidad, emoción, afinación y fraseo. Mar¡ Carmen González, Guadalupe Sánchez, Jesús Castejón y, en general, todo el amplio reparto, pusieron en pie la antología e hicieron muy vivo el homenaje a Federico Moreno Torroba, contando con la brillante labor de los coros que dirige José Perera, el ballet de Alberto Lorca y la Orquesta Sinfónica de Madrid.

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