Uno de los estadistas más discutidos de la contemporaneidad

A los 76 años de edad ha fallecido Leónidas Ilich Breznev, uno de los estadistas más discutidos de la contemporaneidad, criticado por unos, alabado por los más y respetado por todos. Nacido en una familia de obrero metalúrgico, en Ucrania, Breznev llegó a secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética y a presidente del Presidium del Soviet Supremo de la URSS gracias a su esfuerzo personal, a sus estudios, a su talento y dotes de dirigente político y de estadista fuera de serie.De Leónidas Breznev guardo un grato recuerdo de cuantas veces, y con motivos diferentes, me entrevist...

A los 76 años de edad ha fallecido Leónidas Ilich Breznev, uno de los estadistas más discutidos de la contemporaneidad, criticado por unos, alabado por los más y respetado por todos. Nacido en una familia de obrero metalúrgico, en Ucrania, Breznev llegó a secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética y a presidente del Presidium del Soviet Supremo de la URSS gracias a su esfuerzo personal, a sus estudios, a su talento y dotes de dirigente político y de estadista fuera de serie.De Leónidas Breznev guardo un grato recuerdo de cuantas veces, y con motivos diferentes, me entrevisté con él. Le conocí por primera vez en abril de 1944, en plena segunda guerra mundial, en las cercanías de Verdiche, en Ucrania -su tierra natal-, con ocasión de la visita que hizo, como alto mando del Ejército soviético, a la 2º División del Ejército polaco, que yo mandaba.

Leónidas Breznev no sólo ha sido un dirigente político y un estadista de relieve, sino también un destacado militar y, sobre todo, un hombre abierto y cordial.

Por mi condición de español, al mando de una unidad polaca, nos entendimos desde las primeras palabras y establecimos una excelente relación.

Unos años más tarde, después de incorporarme al Estado Mayor del Ejército yugoslavo, bajo el mando directo de Broz Tito, tuve ocasión de encontrarme de nuevo con Leónidas Breznev durante el XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética, en 1956.

A partir de esas fechas habíamos de encontrarnos en diferentes lugares, tanto en reuniones internacionales como en congresos de muchos partidos comunistas. La última vez que estreché su mano fue el 7 de noviembre de 1973, en la solemne recepción dada por el Gobierno soviético en el Kremlin con motivo del 56º aniversario de la Gran Revolución Socialista de Octubre.

Por mi condición de miembro de la presidencia del Consejo Mundial de la Paz, y ante todo y sobre todo por mi militancia comunista, he seguido de cerca la actividad de este hombre de gran humanidad en favor de la paz, de la distensión internacional, de la coexistencia pacífica entre Estados con distintos regímenes socioeconómicos y del desarme.

Leónidas Breznev, que vivió la Revolución de Octubre, que sufrió la guerra civil, que participó en el restañamiento de sus profundas heridas y en la construcción del socialismo, con todas sus enormes dificultades y sacrificios sobrehumanos; después, la gran guerra pasada, y en los últimos tiempos, los peligros permanentes de otra guerra, aún más destructora y terrible, hizo el objetivo central de su vida la lucha por la paz como condición indispensable para edificar una sociedad más justa y progresiva, el socialismo, que abriera los horizontes al comunismo.

Eso explica la pasión con que Leánidas Breznev ha defendido la paz, alcanzada a costa de veinte millones de muertos y de destrucciones incalculables y gracias al heroismo del pueblo soviético.

Socialismo y paz

El socialismo y la paz son consustanciales. De ahí los esfuerzos y la energía desplegada por Leónidas Breznev por la coexistencia pacífica, por la solución de los conflictos internacionales a través del diálogo, por la reducción de los armamentos tanto tácticos como estratégicos, convencionales y termonucleares.

La muerte de Leónidas Breznev representa una gran pérdida no sólo para los pueblos de la URSS, su Gobierno y su partido comunista, sino también para todos los pueblos del mundo, que quieren vivir en paz, labrar su bienestar y contribuir al progreso de la humanidad.

Se podrá estar disconforme con sus ideales y vías del desarrollo social, pero no se puede negar que con la muerte de Leónidas Breznev, que llegó a los más altos puestos de una gran potencia como la Unión Soviética, desaparece un ferviente luchador de la paz mundial.

Para los comunistas españoles y amigos de la URSS es un día de duelo, pero tenemos plena confianza en que el PCUS y el Gobierno soviético redoblarán sus esfuerzos por el mantenimiento de la paz, el bien más preciado de la humanidad,