Crítica:MUSICA

El arte joven y maduro del pianista Luis Galve

El pianista Luis Galve protagoniza uno de los grandes capítulos de la interpretativa española. Tiene la particularidad de que, cada vez que se le escucha, parece la primera: tan fresco en su arte, tan joven en su técnica, tan naturalmente renovado su estilo. Con la excelente colaboración de Gianluigi Gelmeti, que hizo de la Sinfonía de RTVE un precioso instrumento, Galve nos dio una insuperable versión del Concierto en sol menor, de Mendelssohn, compositor cuya perfección sólo admite una respuesta por parte de sus intérpretes: la perfección.Cuantos siguen la carrera de Luis Galve desde ...

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El pianista Luis Galve protagoniza uno de los grandes capítulos de la interpretativa española. Tiene la particularidad de que, cada vez que se le escucha, parece la primera: tan fresco en su arte, tan joven en su técnica, tan naturalmente renovado su estilo. Con la excelente colaboración de Gianluigi Gelmeti, que hizo de la Sinfonía de RTVE un precioso instrumento, Galve nos dio una insuperable versión del Concierto en sol menor, de Mendelssohn, compositor cuya perfección sólo admite una respuesta por parte de sus intérpretes: la perfección.Cuantos siguen la carrera de Luis Galve desde hace décadas coincidirán conmigo en que su versión- de Mendelssohn parecía de un GaIve de treinta años con la experiencia de los setenta. Difícil es saber, con exactitud, qué cosa es experiencia aunque, en este caso, sirve bien una idea del propio Galve: "Experiencia es estar seguro de lo que se hace". O lo que es lo mismo: ver más claro y profundo.

Gran versión del concierto de Mendelssohn

Obras de Schubert y Beethoven. Orquesta Sinfónica de la RTVE. Director: G. L. Gelmeti. Solista: L. Galve. Teatro Real. 6 y 7 de noviembre.

Así ese maravilloso andante del concierto meldelssohniano, desentrañado por nuestro pianista hasta el último hondón; la soberbia construcción del primer allegro o la gracia superligera con la que Mendelssohn libera en el último tiempo la condensación emocional del movimiento central. El éxito de Galve fue absoluto y la reacción del público justamente entusiasta.

Gianluigi Gelmeti, actual titular de la Orquesta de la RAI de Roma, es un músico de muchos quilates y un director excelente. Sabe crear sonido y lograr una andadura musical lógica, coherente, fluida y elevada.

Su prestigio creaciente -en el mundo lírico y en el sinfónico- le sitúa entre los favoritos de la dirección europea, lo que se explica al escuchar su Egmont o su estupenda versión de la Novena de Schubert.

La vio Gelmeti mucho más vecina a Mendelssohn que precursora de Mahler; aligeró los tiempos con lo que las divinas longitudes que comentara Schumann tuvieron menos divinidad y duración.

Bien que una realización al estilo de la de Fürtvaengler o Celibidache no se monta en cuatro o cinco ensayos, así que me quedé con la duda de si lo que escuchamos es el pensamiento de Gelmeti sobre la gran sinfonía schubertiana o el máximo de lo que vio como posible.

De todos modos, el conocimiento del maestro romano fue experiencia interesante. Tanto que su vuelta no debe hacerse esperar y al proponerla creo recoger los deseos de un público que aplaudió con calor.

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