La Comunidad Económica Europea presentará una nota de protesta en Washington por el embargo contra la URSS

Los representantes permanentes de los diez países miembros de laComunidad Económica Europea (CEE) aprobaron ayer una nota de protesta al Gobierno norteamericano por el embargo, ordenado contra el material destinado a la construcción de gasoducto euro-siberiano. La Comunidad hará saber a la Casa Blanca sus argumentos en un documento redactado por la comisión y que ha sido previamente enviado a los Gobiernos de los diez para su aprobación definitiva.

La protesta comunitaria consta de una nota verbal, de carácter político, donde se critica duramente la acción norteamericana, y un texto más...

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Los representantes permanentes de los diez países miembros de laComunidad Económica Europea (CEE) aprobaron ayer una nota de protesta al Gobierno norteamericano por el embargo, ordenado contra el material destinado a la construcción de gasoducto euro-siberiano. La Comunidad hará saber a la Casa Blanca sus argumentos en un documento redactado por la comisión y que ha sido previamente enviado a los Gobiernos de los diez para su aprobación definitiva.

La protesta comunitaria consta de una nota verbal, de carácter político, donde se critica duramente la acción norteamericana, y un texto más amplio, de tipo jurídico, que argumenta la ilegalidad de la ampliación del embargo tecnológico a los productos fabricados en Europa con licencia norteamericana. Según informa Efe, la nota, que ocupa un texto de tres páginas, critica firmemente la decisión del Gobierno de Reagan y señala que, además de ser ineficaz, traerá consecuencias político-económicas negativas para Europa.El segunto texto, de quince páginas, se centra en los aspectos jurídicos del embargo, y afirma que éste es contrario a los principios del Derecho internacional, viola la soberanía de los países europeos y puede ser contrario a ciertos principios del Derecho público norteamericano.

Pero la Administración Reagan no sólo debe enfrentarse a la cerrada oposición europea ante sus planes de embargo tecnológico contra la Unión Soviética. También en los propios Estados Unidos se consolida un movimiento contrario a tal medida. Anteayer, el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes aprobó, por veintidós votos a favor y doce en contra, un proyecto de ley para suspender las restricciones impuestas a las compañías que debían proveer equipos tecnológicos para el gasoducto soviético. De nada sirvió la intervención del propio secretario de Estado, George Shultz, pidiendo el mantenimiento de estas sanciones.

'Bofetón' a Reagan

Shultz, en una carta dirigida al comité, señaló que un voto contrario a la política exterior de la Administración supondría "un deliberado bofetón contra el presidente". El titular de la Casa Blanca, que impuso las sanciones tras el golpe militar polaco en diciembre del año pasado, y que las extendió en junio a todas las empresas que operan con licencias industriales norteamericanas, acogió con obvio desagrado el voto del comité, que deberá pasar ahora al pleno de la Cámara de Representantes, y señaló que mantendrá todas las restricciones hasta que Moscú no coopere moderando la situación polaca. La Cámara de representantes podría repetir esta misma votación adversa, ya que se encuentra bajo control de los demócratas, quienes contarán con el apoyo de los republicanos molestos por unas sanciones que afectan a algunos de los principales Estados industriales del país.

Por su parte, la Unión Soviética sigue atentamente la pugna entre los Estados europeos con Estados Unidos en este terreno. La agencia Tass señalaba ayer en un comentario: "Parece ser que Washington dificulta premeditadamente la salida de Europa Occidental de la crisis económica, del estado de shock, en su afán de arreglar a expensas de la misma las cosas en, su economía y sus propias posiciones tambaleantes en los mercados mundiales".

Pero las empresas europeas no parecen estar muy dispuestas a seguir las indicaciones de Estados Unidos. La última firma en anunciar que no respetará el embargo ha sido la alemana AEG-Kanis, que señaló ayer que en septiembre u octubre entregará a la Unión Soviética las 47 turbinas que estaban previstas.

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