Crítica:

Monteverdi y Pergolesi en los Encuentros de Cámara de Cuenca

La última sesión de los Encuentros Internacionales de Opera de Cámara, que se han desarrollado en Cuenca, con el patrocinio del Instituto de la Juventud, del Ministerio de Cultura, la colaboración del Ayuntamiento y del Obispado conquenses y el trabajo organizador de López de Osaba y Hernández Antón, ha estado protagonizada por el Teatro de Opera de Cámara de Pittsburgh. Con el criterio imaginativo que ha presidido la programación del certamen, se han ofrecido, para la clausura, dos obras bien distintas del barroco italiano: El combate de Tancredo y Colindra, del genial Monteverdi, y la...

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La última sesión de los Encuentros Internacionales de Opera de Cámara, que se han desarrollado en Cuenca, con el patrocinio del Instituto de la Juventud, del Ministerio de Cultura, la colaboración del Ayuntamiento y del Obispado conquenses y el trabajo organizador de López de Osaba y Hernández Antón, ha estado protagonizada por el Teatro de Opera de Cámara de Pittsburgh. Con el criterio imaginativo que ha presidido la programación del certamen, se han ofrecido, para la clausura, dos obras bien distintas del barroco italiano: El combate de Tancredo y Colindra, del genial Monteverdi, y la deliciosa ópera, en dos escenas, de Pergolessi, El maestro de música, ésta presentada como auténtica novedad.En ambas obras brilló la excelente voz de la mezzo-soprano Mila Signorino, tan adecuada en el trama monteverdiano como en la comicidad de la pieza de Pergolessi; similares calidades de timbre Y volumen admiramos en el barítono Eugene Brocter, quien se mostró, además, como buen actor; quizá algo más corto como intérprete, aunque, en todo caso, mantuvo el buen nivel vocal el tenor David Drecher.

La versión ofrecida de Monteverdi por los jóvenes artistas de Pittsburgh, escueta y parca en ornamentaciones, corresponde a la revisión de Malipiero para los instrumentos de arco, y a la edición de Stevens -con modificaciones- en lo concerniente al continuo.

Como obertura y conclusión añadidas, se interpretaron tres Pavanas de Alfonso Cerrabosco. Fue correcta la realización del pequeño grupo de ocho instrumentistas de la orquesta de RTVE, dirigidos con conocimiento y entrega por el joven maestro Frank Johnson, quien hizo también la parte de clave en El maestro de música.

Ciertamente, para lograr el preciosismo sonoro y la vivacidad de los tempi requeridos por Pergolessi, faltaron ensayos, que es tanto como decir que las grandes dificultades interpretativas no pudieron ser salvadas completamente.

Pero la representación bien mereció los cálidos aplausos del abundante público conquense, que se ha citado a lo largo de estas jornadas en la antigua iglesia de San Pablo.

La vía de la continuidad parece abierta para estos Encuentros.

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