Parcialmente frustrado el V Festival Rock de Vallecas

Por fallos en la organización y en el generador eléctrico, el V Festival Rock de Vallecas, que según lo anunciado se iba a celebrar ayer en el Parque de Entrevías, a lo largo de una jornada maratoniana de 24 horas a partir de las 10 de la mañana, quedó parcialmente frustrado. A última hora de la tarde todavía no habían empezado a actuar los grupos programados -SOS, Mazo, Coz, Topo, Leño, PVP y el grupo finalista "Rock Villa de Madrid" junto al cantante Luis Pastor- y algunos conjuntos rockeros aficionados hacían sonar en plan espontáneo los potentes equipos estéreo.

Mientras,...

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Por fallos en la organización y en el generador eléctrico, el V Festival Rock de Vallecas, que según lo anunciado se iba a celebrar ayer en el Parque de Entrevías, a lo largo de una jornada maratoniana de 24 horas a partir de las 10 de la mañana, quedó parcialmente frustrado. A última hora de la tarde todavía no habían empezado a actuar los grupos programados -SOS, Mazo, Coz, Topo, Leño, PVP y el grupo finalista "Rock Villa de Madrid" junto al cantante Luis Pastor- y algunos conjuntos rockeros aficionados hacían sonar en plan espontáneo los potentes equipos estéreo.

Los hijos del agobio

Mientras, la gente, la inmensa mayoría vecinos del barrio de Vallecas, se tomaban la espera con calma. Los últimos hijos del agobio, la gran familia rockera con sus legiones de pasotas e inofensivos fumetas acampaban sobre el césped y en fraternidad con las bandas de pandilleros disfrazadas al estilo warriors con un toque cheli o agitanado. Alrededor del kiosko "Los arbolitos" consumían porros y cerveza junto a las buenas familias vallecanas que intentaban disfrutar la tarde de fiesta sin el aliciente del partido televisado.Así pues, la gran movida prevista por los organizadores del festival no se movió en todo el día. Los rayos del sol, por su parte, contribuyeron a congelar cualquier actividad. La única marcha es la que emprendía algunos exploradores arriesgados hasta el paraje donde se había instalado el escenario, en pleno descampado, entre senderos de cascotes y hierbajos. Su estructura metálica y los enormes altavoces se levantaban a pleno sol en medio de un escenario passoliniano por el que se podría imaginar al Cid cabalgando de nuevo con una lata de cerveza en ristre.

Los servicios de seguridad ecológica, temerosos de los desperfectos que pudiera sufrir el parque, impusieron esta ubicación marginal sin preocuparse de que los grupos actuantes sin protección de toldos o pantalla alguna sufrieran un ataque de grave insolación. Por otra parte, el uso de vidrios (cascos de botella) y de latas, así como los accesos al recinto del festival fueron estrictamente vigilados por la Policía Municipal. Afortunadamente, salvo la ausencia de música en su primera parte, no hubo que lamentar ningún incidente.

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