Tribuna:El "negocio de la salud" en Canarias / 1

La Administración se interesa por el fraude sanitario en Tenerife, tras destituir al funcionario que lo denunció

Entre los pasados jueves y viernes llegaban a Santa Cruz de Tenerife un inspector y tres subinspectores de los Servicios Centrales del Instituto Nacional de la Salud (Insalud). El mismo jueves, los nuevos directivos, sanitarios del Insalud y de la residencia de la Seguridad Social de la provincia inauguraban un nuevo y deseado ambulatorio en el Puerto de la Cruz.El director provincial del Insalud, Bienvenido Fernández Bodegas; el director de la Residencia Sanitaria, Javier Carnicero, y Carlos Pérez Espuelas, íntimo amigo y colaborador de los anteriores, llegado como encargado de poner en march...

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Entre los pasados jueves y viernes llegaban a Santa Cruz de Tenerife un inspector y tres subinspectores de los Servicios Centrales del Instituto Nacional de la Salud (Insalud). El mismo jueves, los nuevos directivos, sanitarios del Insalud y de la residencia de la Seguridad Social de la provincia inauguraban un nuevo y deseado ambulatorio en el Puerto de la Cruz.El director provincial del Insalud, Bienvenido Fernández Bodegas; el director de la Residencia Sanitaria, Javier Carnicero, y Carlos Pérez Espuelas, íntimo amigo y colaborador de los anteriores, llegado como encargado de poner en marcha un Centro de Rehabilitación y Traumatología que lleva años sin salir adelante, todos ellos en situación de transitoriedad, administrativamente denominada comisión de servicios, mostraban a los tinerfeños que eran ellos mismos quienes habían pedido la inspección de la sanidad provincial y que, aunque sólo llevaban dos meses y medio en el lugar, inauguraban un nuevo ambulatorio. En definitiva, que, en frase del doctor Cuesta Perandones en una junta de gobierno de la residencia sanitaria, "había llegado la hora de Canarias".

Bienvenido Fernández Bodegas, director provincial de Insalud en Guipúzcoa, abandonó este destino pocos días después de que el doctor Ramiro Carasa, jefe del Servicio de Traumatología de la residencia sanitaria de la Seguridad Social de San Sebastián, muriera a manos de ETA Militar el pasado 30 de marzo. Javier Carnicero, y Carlos Pérez Espuelas llevaban el Insalud en Navarra y, según afirman, fueron llamados por sus superiores. "Es mentira lo que se ha dicho de que estuviéramos amenazados por ETA o tuviéramos miedo", dijeron a coro a este periódico Carnicero y Pérez Espuelas. "Estamos aquí porque la Administración sanitaria ha tornado conciencia del problema de Tenerife", manifestaron Fernández Bodegas y Pérez Espuelas.

La llegada de estos nuevos directivos sanitarios como equipo, pues han trabajado juntos con anterioridad, ha suscitado un apoyo fuera de lo común a los mismos por parte del gobernador civil de la provincia, Jesús Javier Rebollo, un hombre: a quien, al parecer, no le importaría ser delegado del Gobierno en Cantabria, y ciertos recelos en las autoridades sectoriales de la Junta de Canarias, cuyo director general de la Salud, Antonio Sierra, vicedecano de la facultad de Medicina de La Laguna y director provincial de la Salud del Ministerio de Sanidad, que está considerado como el hombre más influyente de la sanidad canaria, no ha recibido aún al nuevo y, de momento, transitorio director provincial del Insalud. Esta actitud de Antonio Sierra representa, en definitiva, la de Gregorio Toledo, consejero de Sanidad de la Junta de Canarias.

La presencia de un inspector y tres subinspectores del Insalud -cuya convocatoria se disputaron, en entrevistas separadas con EL PAIS, el director provincial del Insalud, Bienvenido Fernández Bodegas, y el nuevo director transitorio de la residencia sanitaria, Javier Carnicero- en el momento en que el equipo inauguraba el deseado ambulatorio. del Puerto de la Cruz (construido, por cierto, bajo los auspicios de Jesús Monllor, anterior director provincial del Insalud, actualmente de baja por enfermedad) no ha pasado inadvertida a los tinerfeños.

El aire triunfalista del nuevo equipo, que explica que la situación en la residencia sanitaria tinerfeña tenía deficiencias, pero que, en gran parte, están paliadas en los últimos dos meses y medio, desde su llegada a la isla, no ha querido ser comentado por el titular del cargo que ostenta en funciones Fernández Bodegas. Jesús Monllor se limitó a decir a este respecto: "Si creen que puede ampliarse la residencia o hacer un ambulatorio en dos meses y medio, ¡enhorabuena.'". Monllor habló de las especiales características socioeconómicas y de distancia de las islas y pareció apuntar que no todo es tan fácil como pretende demostrar la terna de nuevos cargos llegada a la isla: "Llevo, aquí veintidós años, conozco mi provincia y esto hay que vivirlo aquí". "Tengo entendido", añadió Monllor, "que las estancias de los enfermos en la residencia son ahora más alargadas".

Todos los sectores sanitarios consultados por este periódico coinciden en que la situación de la provincia tinerfeña, y, especialmente, la de su residencia sanitaria Nuestra Señora de la Candelaria, presenta aspectos similares a los de la casi totalidad de los centros de la Seguridad Social españoles. Quizá no en todos un director social de Instituciones Sanitarias del Insalud haya, denunciado, y lo haya pagado con el cargo, a quince médicos del Servicio de Traumatología por incumplimiento de horarios, compensaciones económicas por servicios no realizados y pluriempleo en clínicas privadas o en otros centros, como el aeropuerto de Los Rodeos, en horas que cobran por su supuesta estancia en la Seguridad Social, es decir, de los contribuyentes. Unos contribuyentes a los que, por otra parte, se desvía con gran frecuencia hacia clínicas privadas de las que son accionistas algunos médicos, incluso algún jefe de departamento, de la residencia Nuestra Señora de la Candelaria.

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Las cifras que la Seguridad Social paga a otros centros sanitarios por atención a beneficiarios de aquélla en Tenerife superan los doscientos millones de pesetas mensuales. "Me rece una cifra normal, que probablemente sería reducible y que se reducirá cuando la residencia funcione bien", dice su director en funciones, Javier Carnicero. La residencia lleva más de un año en obras de ampliación y, según el anterior director provincial del Insalud, actualmente de baja, "el director general de nuestro organismo se volcó desde entonces en unas obras que superarán los quinientos millones de pesetas".

Un cesado, para las actividades recreativas

Salvador García Carrillo era director social de las Instituciones Sanitarias del Insalud hasta ahora. Sabía que le habían destituido, pero su apartamiento del cargo no tuvo carácter oficial hasta el pasado miércoles 16, día en que, a las 10.00 horas, firmó dos papeles: su cese en Tenerife y su traslado, en comisión de servicios, a Madrid, para poner en marcha el Grupo de Acción Recreativo-Cultural de la Cruz Roja.

García Carrillo manifestó que se negaría a hacer comentarios sobre la sanidad tinerfeña; no quiso explicar las razones de su cese ni el contenido del informe que emitió para que se comprobaran una serie de irregularidades de los médicos del Servicio de Traumatología y basó su silencio al respecto en su condición de funcionario. Sí dijo que "tres horas después de darme el cese y firmar mi traslado a la Cruz Roja, en Madrid, me pidieron que devolviera éste último documento, la comisión de servicio a Madrid, lo que hice al subdirector de Servicios Generales. A las dos me llamaron para que no me moviera del Insalud y a las 15.20 horas el director provincial, Bienvenido Fernández Bodegas, me comunicó el cese fulminante y me dijo que debía incorporarme a mi destino de procedencia, esto es, controlador de suministros en Las Palmas. No me dieron explicación alguna".

Diversas fuentes manifestaron que la llegada de García Carrillo a Tenerife fue un revulsivo para muchos. Todos los cargos sanitarios consultados, desde el anterior director provincial del Insalud, doctor Monllor, al nuevo director de la residencia, Javier Carnicero; el administrador de la misma, Angel González Calvo, y varios miembros del comité de empresa, coincidieron en señalar que el hasta ahora director social fue un buen funcionario con la misma insistencia que pusieron en manifestar su creencia de que no existía vinculación alguna entre su cese y las denuncias que realizó de las posibles irregularidades del centro sanitario. Sólo el comité de empresa ve una relación causa-efecto entre la denuncia y el cese.

Algunos señalaron que el mismo interés que García Carrillo puso en combatir los posibles fraudes lo tuvo en mantener a raya en alguna ocasión al comité de empresa y resaltaron su amistad con el traumatólogo que figtira en cabeza de la lista de los que él denunció. Pérez Espuelas, miembro de la terna sanitaria que llegó del Norte, persona que tiene encomendado sacar adelante el Centro de Rehabilitación y Traumatolo-, gía, dijo que era un buen funcionario de ocho a tres", en referencia velada a la vinculación ugetista del, cesado, antiguo secretario de Sanidad del sindicato socialista. El nuevo director provincial del Insalud explicó este aspecto en los siguientes términos: "Los ceses y nombramientos de confianza se producen y, como llegan, se liquidan".

Amenazas de muerte

Revulsivo o no, alguien entró hace poco tiempo en casa de Salvador García Carrillo, envenenó a su perro y le destrozó los muebles. Junto a su casa apareció una pintada: "Carrillo: de la misma forma que hacemos estas pintadas llegaremos hasta tí. Último aviso". Alguna amenaza de muerte le ha llegado de la propia clase médica. "Mario Montequi, jefe del Servicio de Traumatología de la residencia sanitaria", explicó Salvador García Carrillo, "me dijo hace poco: 'A mí no me importa pagarles 50.000 pesetas a dos tíos del muelle para que arnanezcas tirado en una cuneta'. Después, los doctores Monllor, Parejo (anterior director de la Residencia) y Rivera (subdirector provincial de Servicios Sanitarios del Insalud) me manifestaron que a ellos les había dicho lo mismo de mí". El doctor Monllor mantuvo en este tema el mismo tono reservado de toda su conversación con EL PAIS: "Hace meses le amenazaron de muerte. El lo denunció a la policía porque le hicieron pintadas en el chalé".

El doctor Montequi, que tiene una casa en La Esperanza, municipio en el que vive Salvador García Carrillo, no se írimutó al preguntarle si se consideraba autor de la frase de amenaza de: muerte a éste. Inc luso antes de citársela interrumpió a este periódico diciendo que "ese señor tiene mucha imaginación". Después, afirmó"Yo con ese señor no he tenido enfrentamiento alguno. ¿Usted cree que me voy a coger las manos y decir eso con testigos?. El era un simple controlador de Suministros y llegó de pronto de director social Es un político y yo no me meto con políticos".

La existencia de cinco sistemas diferentes de control de horario y asistencia en la residenc¡a sanita ria, que incluía uno para. los médicos, consistente en que ni fichaban ni firmaban, provocó que el comité de empresa propusiera que los tra bajadores se abstuvieran de pasar por el control. Se incoaron entonces medio centenar de expedientes, ninguno de los cuales recayó sobre facultativos. El director de Insalud de Tenerife dice: que "pa rece que en Madrid van a sacar una normativa definitiva" al res pecto que unifique los sistemas d control. ¿Qué pasará entonces con los trabajadores que han cumplid ya sanciones? "Una consideració sí que van a tener".

Los principales puntos negro de la sanidad tinerfeña, y, especial mente de la residencia Nuestra Se ñora de la Candelaria, habían sido ya apuntados en el informe del ins pector Nerín, llegado desde Madrid en febrero del año pasado.

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