Crece la presión militar británica sobre las Malvinas

La electrónica, aliada del atacante

Los combates marítimos y aéreos entre Gran Bretaña y Argentina en torno a las islas Malvinas han puesto de relieve que la conducción electrónica añade una nueva dimensión a la guerra en la que el atacante goza, por lo menos hasta ahora, de ventaja respecto al defensor.La historia de la guerra muestra una constante oscilación entre la predominio del ataque y de la defensa. El carro de combate, durante la II Guerra Mundial, aniquiló la preeminencia de las ametralladoras como arma defensiva. Hoy en día el carro de combate y cualquier otra arma, desde los tanques equipados con armamento más comple...

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Los combates marítimos y aéreos entre Gran Bretaña y Argentina en torno a las islas Malvinas han puesto de relieve que la conducción electrónica añade una nueva dimensión a la guerra en la que el atacante goza, por lo menos hasta ahora, de ventaja respecto al defensor.La historia de la guerra muestra una constante oscilación entre la predominio del ataque y de la defensa. El carro de combate, durante la II Guerra Mundial, aniquiló la preeminencia de las ametralladoras como arma defensiva. Hoy en día el carro de combate y cualquier otra arma, desde los tanques equipados con armamento más complejo y pesado.hasta los aviones de transporte. son vulnerables a los misiles guiados electrónicamente hacía sus objetivos.

Todo gran avance arm amentístico genera, según demuestra la historia militar, sistemas que entorpezcan o eliminen su eficacia. Un expertó británico da por seguro que todos los laboratorios de investigación militar en el mundo industrial buseun ahora armas que contrarresten la eficacia demostrada de los misiles guiados electrónicamente.

Es prematuro, afirman fuentes militares, generalizar la demostrada eficacia de las mencionadas armas en los combates de las Malvinas para afirmar que ha llegado el final de los grandes ataques aéreos o de barcos de superficie, o de los carros de combate. Por ahora, hay que utilizar estas armas con gran precaución.

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