San Isidro, un festejo casi interminable

Las corridas de la feria isidril nos van a parecer el cuento de nunca acabar. En tiempos recientes, los festejos solían terminar el 31 de mayo, y si acaso quedaba alguna novillada un tanto descolgada para el primer domingo de junio. Pero este año parece que la empresa se ha dispuesto a batir su propia marca. Y nos suelta veinticuatro corridas de abono (véase la segunda edición de EL PAIS de ayer), con el aperitivo y el postre de dos novilladas que, aunque no entran en el montón de entradas que debe pagar el abonado de una vez, iremos todos a verlas por aquello de la inercia.Todo este enorme es...

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Las corridas de la feria isidril nos van a parecer el cuento de nunca acabar. En tiempos recientes, los festejos solían terminar el 31 de mayo, y si acaso quedaba alguna novillada un tanto descolgada para el primer domingo de junio. Pero este año parece que la empresa se ha dispuesto a batir su propia marca. Y nos suelta veinticuatro corridas de abono (véase la segunda edición de EL PAIS de ayer), con el aperitivo y el postre de dos novilladas que, aunque no entran en el montón de entradas que debe pagar el abonado de una vez, iremos todos a verlas por aquello de la inercia.Todo este enorme espacio de tiempo para ir a los toros se prestaba a ofrecer originales combinaciones. Pero el ingenio del confeccionador de los carteles sólo ha brillado en la del día 21 de mayo, en la que el gitano Paula confirmará la alternativa a Pepín Jiménez y a El Soro. Los malintencionados pueden pensar que la corrida se ha montado así para conseguir el triunfo rotundo de los neófitos, pues ya sabemos que de Paula sólo podemos esperar pellizquitos y aromas sueltos, pero no tardes redondas desde que se abra de capote hasta que tumbe a sus toros de sendos volapiés por el hoyo de las agujas. Y a lo peor resulta que los de la mala intención van y aciertan.

Las demás corridas son las de siempre. Tomás Campuzano, con Julio Robles y Roberto Domínguez; Ruiz Miguel, con los vitorinos; Manolo Vázquez, con Curro Romero; éste, con Rafael de Paula; Dámaso González, con Manzanares, para que nos emborrachemos de derechazos. Y así.

Pero no nos asustemos con este panorama. La feria tiene también alicientes. Vamos a ver a Jorge Gutiérrez, triunfador de la última temporada en México. Van a confirmar la alternativa nueve toreros, y tiene interés ver a Víctor Mendes, triunfador constante en Barcelona, y cómo andan con el toro que sale de Madrid y ante su exigente afición toreros como Espartaco, Pepín Jiménez, Yiyo y El Soro.

La feria gira en torno a siete toreros que torean tres corridas. Son Curro Romero, Emilio Muñoz, Dámaso González, Manzanares, Campuzano, Antoñete y Niño de la Capea. Hay artistas y hay pegapases, con lo que se satisfacen todos los gustos.

Las ganaderías son las habituales en la plaza de Las Ventas. No faltan, por supuesto, los vitorinos, y sigue sin venir Eduardo Miura, que parece no tiene toros para Madrid.

Y los triunfadores de las corridas veraniegas de 1981 tienen todos su puesto, desde José Fuentes a Gregorio Tébar. Otro tanto a favor.

También tendremos oportunidad de ver a los novilleros más interesantes del momento. No podían faltar Curro Durán, Pedro Castillo y Blas Espadas. Y ahí están, en dos tardes cada uno, para que no se les escape el triunfo.

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