Llamamientos para que la paz reine en el Atlántico sur

Falta de unanimidad en el Mercado Común

La intervención armada del Reino Unido en las islas de Georgia del Sur no suscita la unanimidad en el seno de la Comunidad Económica Europea (CEE), aunque oficialmente los diez continúen respaldando plenamente, en el ámbito diplomático y político, al Gobierno de la señora Thatcher. Al menos dos países -Irlanda y Dinamarca- habrían expresado informalmente sus dudas sobre la oportunidad de la intervención militar británica, cuando aún están abiertas las vías diplomáticas.Los ministros de Asuntos Exteriores de los diez, reunidos en Luxemburgo ayer y hoy, no tratarán de las is...

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La intervención armada del Reino Unido en las islas de Georgia del Sur no suscita la unanimidad en el seno de la Comunidad Económica Europea (CEE), aunque oficialmente los diez continúen respaldando plenamente, en el ámbito diplomático y político, al Gobierno de la señora Thatcher. Al menos dos países -Irlanda y Dinamarca- habrían expresado informalmente sus dudas sobre la oportunidad de la intervención militar británica, cuando aún están abiertas las vías diplomáticas.Los ministros de Asuntos Exteriores de los diez, reunidos en Luxemburgo ayer y hoy, no tratarán de las islas Malvinas como un punto del orden del día, aunque se espera que el ministro británico, Francis Pymi, que tenía anunciada su llegada al Gran Ducado a última hora de la noche de ayer, informe a sus colegas y recoja su sentimiento al respecto.

La Comunidad, según todos los portavoces, desea ofrecer una imagen de apoyo sin fisuras al Reino Unido, pero su solidaridad no incluye un respaldo sin matices a una miniguerra que sienta, según la opinión de algunos, malos precedentes en la política internacional. Así lo dejó entender el ministro italiano de Asuntos Exteriores, el veterano Emilio Colombo, al recordar que la solidaridad expresada por los diez a Londres debe entenderse fundamentalmente como un apoyo para la búsqueda de una solución negociada..

El conflicto de las Malvinas se ha planteado, además, en un mal momento para el Reino Unido. Londres desarrolla desde hace más de dos años una batalla interna de gran envergadura dentro de la CEE par reducir sustancial y duraderamente su aportación financiera al presupuesto de la Comunidad Europea. La República Federal de Alemania, (RFA) e incluso Francia, el gran enemigo de Londres en esa batalla incruenta, han puesto un exquisito cuidado en no vincular el soporte al Gobierno Thatcher en su conflicto con Argentina con una exigencia comunitaria de mayor flexibilidad británica en los problemas internos de la CEE.

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