La Unión Soviética suspende unilateralmente la instalación de misiles SS-20 en Europa

Leónidas Breznev anunció ayer la decisión unilateral adoptada por la Unión Soviética de no instalar nuevos cohetes de alcance medio en la zona europea del país. El dirigente soviético añadió que si la situación internacional no se agrava el Kremlin estaría dispuesto a reducir, también de forma unilateral, el número de sus misiles de alcance medio.

La moratoria anunciada por la URSS supone que se suspende la sustitución de los viejos cohetes SS-4 y SS-5 por los nuevos SS-20, más precisos y potentes. Breznev había ofrecido ya hace algo más de un año una moratoria de este tipo a los nortea...

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Leónidas Breznev anunció ayer la decisión unilateral adoptada por la Unión Soviética de no instalar nuevos cohetes de alcance medio en la zona europea del país. El dirigente soviético añadió que si la situación internacional no se agrava el Kremlin estaría dispuesto a reducir, también de forma unilateral, el número de sus misiles de alcance medio.

La moratoria anunciada por la URSS supone que se suspende la sustitución de los viejos cohetes SS-4 y SS-5 por los nuevos SS-20, más precisos y potentes. Breznev había ofrecido ya hace algo más de un año una moratoria de este tipo a los norteamericanos, pero en esta ocasión se ha decidido a dar el paso unilateralmente, sin exigir reciprocidad a Washington. Sin embargo, el jefe del Estado soviético dejó bien claro que si Norteamérica comienza a instalar los euromisiles Moscú pondrá término a la congelación anunciada ayer.Para los observadores occidentales en la capital soviética, la decisión del Kremlin obedece esencialmente al deseo de reactivar las paralizadas conversaciones de desarme de Ginebra. La búsqueda de prestigio internacional y de aprovechar las disensiones entre Europa occidental y sus aliados norteamericanos, junto a las dificultades económicas de Moscú, que agravaría una carrera de armamentos, son otros factores que pueden estar en el origen de la decisión soviética.

El presidente norteamericano, Ronald Reagan, reaccionó rápidamente ayer a la oferta de Breznev y subrayó dos aspectos negativos de la misma: el líder soviético no ha dicho que los misiles soviéticos son móviles y que Moscú puede cambiarlos de lugar de emplazamiento a voluntad y que, incluso más allá de los Urales, es decir, en el territorio no europeo de la URSS, los cohetes alcanzarían igualmente la mayor parte de Europa occidental. Reagan añadió que existe un desequilibrio entre los trescientos misiles SS-20 soviéticos, portadores de novecientas cabezas nucleares, y el hecho de que la OTAN no tenga ningún misil basado en tierra que pueda alcanzar la Unión Soviética.

En la sede central de la OTAN, en Bruselas, se acogió con gran escepticismo la propuesta de Breznev, que, en opinión de expertos occidentales, "no contiene ningún elemento nuevo".

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