España sólo vende a Centroamérica, armas cortas, según fuentes de la Administración

España sólo ha vendido armas cortas o comerciales a los países centroamericanos durante los tres últimos años, según fuentes oficiosas. En ningún caso, añadieron dichas fuentes, han sido exportadas armas de guerra a ese destino, y las armas comerciales han ido por lo general a las respectivas policías nacionales. No obstante, en otros medios se confirma que no existen embargos a las exportaciones españolas de armas hacia esta u otras zonas del mundo en conflicto o en guerra abierta.

El negocio de las armas está controlado en España por la Junta Interministerial Reguladora del Comercio E...

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España sólo ha vendido armas cortas o comerciales a los países centroamericanos durante los tres últimos años, según fuentes oficiosas. En ningún caso, añadieron dichas fuentes, han sido exportadas armas de guerra a ese destino, y las armas comerciales han ido por lo general a las respectivas policías nacionales. No obstante, en otros medios se confirma que no existen embargos a las exportaciones españolas de armas hacia esta u otras zonas del mundo en conflicto o en guerra abierta.

El negocio de las armas está controlado en España por la Junta Interministerial Reguladora del Comercio Exterior de Armas y Explosivos, creada el 15 de diciembre de 1978, como sucedáneo del control parlamentario pedido dos meses antes para las exportaciones de armamento por los cuatro partidos políticos con mayor representación (UCD, PSOE, AP y PCE). Integran la comisión dos representantes del Ministerio de Defensa y uno por cada uno de los siguientes departamentos: Economía y Comercio, Asuntos Exteriores e Industria y Energía.A través del ministro de Economía y Comercio, el Gobierno comunica a la junta los eventuales embargos o vetos temporales. Y ésta debe de pronunciarse sobre todas las importaciones y exportaciones de armas, tanto de guerra como cortas o comerciales y deportivas. Antes funcionó una Junta Reguladora de las Exportaciones, pero ejercía menor control.

Según uno de los comisionados, España ocupa el décimo puesto entre los productores mundiales y el noveno entre los exportadores occidentales, al mismo nivel que Suecia o Suiza. La misma fuente asegura que nuestro país es el que adopta mayores precauciones para autorizar las ventas. Cada licencia de importación o exportación requiere el voto favorable de los comisionados, que en sus reuniones (algunas de cinco horas, entre el medio centenar de celebradas hasta ahora) han llegado a pronunciarse sobre 2.000 o 3.000 licencias.

Durante el año pasado, por primera vez, las ventas españolas de armas compensaron la factura pagada en divisas por las compras, tradicionalmente más alta. La cifra habla por sí sola del auge de las exportaciones de armas, ya que el valor numérico de las ventas del año pasado igualó a toda la producción española de 1977. No obstante, es amplia la distancia con respecto a los principales exportadores: EE UU y la URSS. El casi medio millar de millones de dólares obtenidos por las ventas nacionales supone una pequeña parte de los. 100.000inillones de dólares en que estiman las exportaciones de armamento los medios especializados, que carecen de datos sobre la URSS. El negocio de las armas se aproxima cada vez más en términos absolutos al del petróleo, y en Occidente, Estados Unidos absorbe en torno al 60%.

El equilibrio español ha sido consecuencia de un doble factor: el crecimiento numérico de las ventas españolas casi se ha duplicado de año en año durante los últimos cinco ejercicios, y las importaciones han crecido lentamente, por la escasa modernización de los equipos. De cara a los próximos años, es previsible que la necesidad industrial de ampliar las series para abaratar costes empuje todavía más las exportaciones. Existe además el imperativo de compensar los primeros pagos de las futuras grandes compras, en especial los aviones del FACA -siglas del proyecto denominado "Futuro avión de combate"-, que suponen más de 200.000 millones de pesetas.

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América Latina, primer comprador

El primer comprador español es América Latina, que recibe más de la mitad de todas las exportaciones de armas. La otra gran partida de importaciones corresponde a los países árabes, hasta el punto de que ambas zonas reciben el 90% de las ventas españolas. Por ello, el interés español en la zona es notorio: recientemente las empresas del Instituto Nacional de Industria, que aglutinan la mayor parte de la producción nacional de armamento, atendida por 35.000 trabajadores, crearon una empresa de exportación en Panamá.

El aumento de las exportaciones a América Latina ha tenido que compensar la pérdida del mercado del Mogreb. A raíz del conflicto sahariano, España embargó las ventas a Marruecos, Argelia y Mauritania. Según fuentes industriales y de Asuntos Exteriores, los embargos han sido levantados, aunque un portavoz de la citada junta dijo ayer no tener conocimiento oficial de estas medidas. Precisó el portavoz que será muy importante para nuestro país recuperar dicho mercado, ganado en su mayoría -tras el embargo español- por Francia, cuyo negocio exterior con las armas ronda los 6.000 millones de dólares, una docena de veces superior al español.

Dentro de América Latina, los mejores clientes españoles son Colombia, México, Venezuela, Chile y Argentina, países que han recibido tanto armamento de guerra como armas comerciales, cortas y de caza. Que se sepa, no ha existido nunca embargo alguno contra estas naciones similar a las del Mogreb o Suráfrica y Rhodesia, donde España siguió la resolución 242 de la ONU; los vetos, en su caso, han permanecido secretos. Fuera de la zona sí ha trascendido que uno de los últimos vetos españoles afectó a la guerra entre la India y Paquistán.

Destino Centroamérica

Las fuentes consultadas en la Junta Interministerial insistieron en que España sólo ha vendido a Centroamérica en los tres últimos años armas cortas o comerciales, pero con Guatemala se suspendió toda relación a principios de febrero de 1980, cuando el asalto a la Embajada española causó 39 muertos, entre ellos el del secretario de la representación diplomática. Aunque se negaron a revelar el importe de las ventas, dijeron que las exportaciones totales de este subgrupo (pistolas, revólveres y escopetas), autorizadas en pequeñas partidas destinadas a numerosos países, entre ellos varios del Este, apenas representan el 25% del total. Sin embargo, se trata de productos muy logrados y de gran tradición, procedentes en su mayoría de industrias instaladas en Guipúzcoa.

Cabe el interrogante de si no es posible la venta a través de terceros países. De hecho, a principios de 1978 trascendió que el entonces presidente de Nicaragua, Anastasio Somoza, gestionó la compra de armas antidisturbios mediante su embajador en Suiza, e incluso que algún Aviocar de la empresa pública Construcciones Aeronáuticas fue detectado en bombardeos ordenados por aquél contra la población civil. Poco antes hubo denuncias de los guerrilleros sandinistas, quienes hoy, desde el poder, también parecen interesados en importaciones españolas, en el sentido de que Portugal y Guatemala exportaron armas a Nicaragua. Y también se supo que armas españolas llegaron a Guatemala a través de Portugal.

Obtener datos globales sobre las ventas de armas al margen del secreto de la junta es prácticamente imposible.

Datos parciales

Las estadísticas de comercio exterior de la Dirección General de Aduanas, actualmente en elaboración para 1981, únicamente recogen las diversas posiciones arancelarias; puede haber, por tanto, camiones u otros vehículos armados o blindados que aparezcan sin especificar.

Los datos de comercio exterior en 1981 para todo tipo de mercancías señalan fuertes incrementos en las exportaciones a Guatemala y El Salvador durante los tres últimos años, paralelos a descensos similares en las importaciones. Entre 1979 y 1981 las ventas a Guatemala pasaron de 1.143 a 2.291 millones de pesetas, mientras las compras bajaron de 1.267 a 286 millones. Igualmente, las exportaciones a El Salvador aumentaron de 829 a 1.386 millones, cuando las importaciones cayeron de 829 a 99 millones de pesetas.

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