La Iglesia católica de EE UU critica la política de Reagan

La conferencia nacional de obispos católicos de Estados Unidos concluyó esta semana, en Washington, con sendas resoluciones contra la ayuda militar de EE UU a El Salvador, la carrera de armamentos y el peligro de una guerra nuclear, y por una política nacional de sanidad en EE UU "justa y humana", dentro de su programa en pro de la justicia social.Son posturas, todas ellas, muy críticas frente a la actuación de la Administración del presidente Ronald Reagan y de considerable influencia en un país donde los católicos se cifran en casi cincuenta millones (junto a otros setenta millones de pr...

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La conferencia nacional de obispos católicos de Estados Unidos concluyó esta semana, en Washington, con sendas resoluciones contra la ayuda militar de EE UU a El Salvador, la carrera de armamentos y el peligro de una guerra nuclear, y por una política nacional de sanidad en EE UU "justa y humana", dentro de su programa en pro de la justicia social.Son posturas, todas ellas, muy críticas frente a la actuación de la Administración del presidente Ronald Reagan y de considerable influencia en un país donde los católicos se cifran en casi cincuenta millones (junto a otros setenta millones de protestantes) y donde la influencia de las iglesias es fundamental, ya que de cada cien norteamericanos 64 son miembros de una iglesia.

Sólo media docena de los 250 obispos que reunió la conferencia se opuso a la resolución sobre El Salvador. Lanzaron un llamamiento por una solución política, y no militar, para los problemas de El Salvador, y pidieron el cese de toda ayuda militar estadounidense a la Junta. Solicitaron también derecho de asilo en Estados Unidos para los refugiados de El Salvador. Insistieron a la Administración Reagan para que no interrumpa su ayuda económica a Nicaragua, al tiempo que solicitaron al régimen nicaragüense que proteja los derechos humanos y religiosos.

El arzobispo John Roach, presidente de la conferencia, dijo que la Iglesia católica norteamericana debe manifestarse en "todos los problemas" que conciernen a la sociedad, y mantener una postura de "abogado de los pobres".

La Iglesia católica, con una influyente posición en muchas universidades norteamericanas, se inclinó estos últimos meses por un apoyo a los movimientos pacifistas estadounidenses.

Sobre el tema del aborto, la conferencia nacional de los obispos quedó dividida en dos bandos. Aunque la posición de la Iglesia estadounidense es contraria al aborto, una parte respetó la existencia de la actual legislación -que permite el aborto en ciertos casos-, mientras que otros defendieron la enmienda propuesta por el senador republicano Orrin Hatch, que quiere dejar en manos de los estados la decisión de sus propias legislaciones sobre el aborto, tesis apoyada por los movimientos Pro Vida y Anti Aborto en EE UU .

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