Cartas al director

Bravo abogado

En la sección Cartas al director de EL PAIS de fecha 4 de octubre, un señor que se dice abogado, don José Antonio López Casas, nos obsequia con un peregrino escrito que, si no fuera por la profesión que acredita, no merecería la pena de comentarse.Pero dado, como digo, que se trata de un letrado, no deja de chocar -por absolutamente cómico- el curioso procedimiento empleado para salir en defensa de cierto capitán (también por demás curioso), consistente en desafiar al señor Cebrián, en plan de chulete de barrio, a darse de mamporros.

Uno tenía un muy otro concepto de las armas co...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

En la sección Cartas al director de EL PAIS de fecha 4 de octubre, un señor que se dice abogado, don José Antonio López Casas, nos obsequia con un peregrino escrito que, si no fuera por la profesión que acredita, no merecería la pena de comentarse.Pero dado, como digo, que se trata de un letrado, no deja de chocar -por absolutamente cómico- el curioso procedimiento empleado para salir en defensa de cierto capitán (también por demás curioso), consistente en desafiar al señor Cebrián, en plan de chulete de barrio, a darse de mamporros.

Uno tenía un muy otro concepto de las armas con, las que dota nuestra universidad a quienes estudian leyes, estimando que la fuerza bruta no era, precisamente, la dialéctica a emplear por los señores togados.

Y es esto lo que me ha movido a terciar, en asunto ya en exceso manoseado, al objeto de hacerle, al bravo don José Antonio, una simple sugerencia: lo acertado que hubiera sido -velando por el prestigio de tan noble profesión- suprimir la suya del pie de la carta./

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En