Confusión política y de procedimiento en el primer día del debate parlamentario sobre la OTAN

La Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados inició ayer el debate parlamentario sobre la decisión del Gobierno de solicitar permiso para adherirse a la Alianza Atlántica, en medio de una gran confusión política y de procedimiento que convirtió esta primera sesión en un diálogo de sordos entre el Gobierno y la oposición. En el curso de las discusiones, que se sucedieron sin orden ni concierto, el ministro de Asuntos Exteriores declaró tlue la relación bilateral defensiva con Estados Unidos «tiene que terminar», porque es «insatisfactoria». Por su parte, el líder de la oposic...

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La Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso de los Diputados inició ayer el debate parlamentario sobre la decisión del Gobierno de solicitar permiso para adherirse a la Alianza Atlántica, en medio de una gran confusión política y de procedimiento que convirtió esta primera sesión en un diálogo de sordos entre el Gobierno y la oposición. En el curso de las discusiones, que se sucedieron sin orden ni concierto, el ministro de Asuntos Exteriores declaró tlue la relación bilateral defensiva con Estados Unidos «tiene que terminar», porque es «insatisfactoria». Por su parte, el líder de la oposición, Felipe González, acusó al Gobierno de «hurtar» el debate político sobre la opción OTAN y afirmó que «no es digno el al)rir un debate sobre el ingreso en la OTAN cuando España ni siquiera tiene definido su propio sistema de defensa nacional».

Estas afirmaciones del ministro Pérez-Llorca y del portavoz socialista, Felipe González, fueron e resultado de un duelo dialéctico entre ambos políticos, que surgió al filo de las siete de la tarde, cuando ya la comisión llevaba más de cuatro horas de confusas discusiones, en las que se mezclaban las llamadas cuestiones de procedimiento sobre la ordenación del propio debate, las formales sobre el proceso OTAN impuesto por el Gobierno y las políticas de fondo sobre esta discusión.En esta intervención vespertina (por la mañana hubo otras so re cuestiones de orden y reglamento), Felipe González acusó al Gobier no de presentar el debate OTAN de manera confusa y evitando entrar en el fondo de la cuestión, y apro vechó una «puntualización» o «toma de posición» sobre una enmienda para criticar duramente una declaración del ministro Pérez-Llorca sobre la política del Gobierno en favor del ingreso en la OTAN, que constituyó el punto de arranque del debate y a la que el presidente de la comisión, Ignacio Camunas, impidió que pudieran responder los distintos grupos parlamentarios.

Felipe González aprovechó el quicio de la puntualización para decir que con la actual política, no explicada por el Gobierno, en favor del ingreso en la OTAN, España estaba haciendo un gesto de cesión de soberanía nacional, que el Gobierno reconocía la injerencia de la OTAN actualmente en su territorio y que renunciaba, de entrada, a incluir Ceuta, Melilla y la situación de Gibraltar en la Firma del prótocolo de adhesión a la OTAN, según se desprendía del procedimiento propuesto por el Ejecutivo.

"No se debe utilizar la crisis de Egipto"

Felipe González defendió la neutralidad como opción buena y, «posible» de la política exterior española, e hizo una advertencia a la comisión sobre la difícil situación internacional, subrayando los posibles efectos de desestabilización política en el mar Mediterráneo que puede producir la muerte en atentado del presidente Sadat, de Egipto.

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Las duras palabras del líder socialista pusieron algo de claridad en el debate, ya que el Gobierno, a través de su ministro y de sus portavoces en la comisión. practicaba el diálogo de sordos y la no contestación a las interpelaciones y presentación de enmiendas de los grupos parlamentarios. Ellas obligaron al ministro Pérez-Llorca a puntualizar el lacónico discurso con el que abrió el debate. El ministro dio en primer lugar, que no se debía utilizar la crisis de Egipto para arrimar agua al molino polítíco de cada partido que España no perderá su soberanía en el marco de la OTAN, «donde tiene voz y voto». y que tampoco España quedará satelizada en el marco de la Alianza.

El ministro, más adelante, dijo que era mucho mejor la relación multilateral defensiva en el marco de la OTAN que la bilateral con Estados Unidos, señaló que est, última «tiene que terminar», sin precisar si completamente, si en su sector defensivo o en parte solamente. En su primera intervención también se refirió en tonos muy críticos al acuerdo bilateral (por cierto, prorrocado ocho meses por el Gobierno), dando a entender, aunque nunca lo dijo, que podría quedar en un segundo plano como complementarlo de la articulación OTAN.

Las críticas del ministro a esta relación bilateral fueron argumento que en este debate salpicado surgieron una y otra vez durante la mañana y la tarde y en especial por parte del Grupo Centrista. El diputado Joaquín Satrústesgui fue muy duro para con los acuerdos con Estados Unidos, diciendo que no interesaban, a lo que Felipe González y los portavoces socialista, comunista, andalucista y alguno del Grupo Mixto se apresuraron a decir que, si UCD se oponía toda renegociación del tratado bilateral ellos también lo aceptarían. Tampoco aquí hubo matización por parte del Ejecutivo en torno al consenso creado en contra de la reconducción de los acuerdos bilaterales con Washington.

lnterrogantes importantes

La mayoría de los portavoces de la oposición ha presentado al Gobierno y a su partido toda una serie de interrogantes clave para desarrollar y ordenar el debate. He aquí las más importantes que ayer quedaron sin respuesta: ¿Piensa el Gobieno adherirse sólo al Tratado de Washington o también a su organización militar? ¿Piensa el Gobierno negociar el protocolo de adhesión incluyendo en él a Ceuta. Melilla la situación de Gibraltar o simplemente aceptar la situación vigente o el texto actual del Tratado? ¿Cuál será el contenido de Ia articulación militar de la Alianza? ¿Se conoce el coste económico de esta integración?

La respliesta a estas preguntas, que no fue dada y sí eludida, condicionaba, para muchos, el contenido y orden del debate que se inició con una agria discusión sobre el reglamento. El presidente de la comisión rechazó el derecho de los diputados de conocer con 48 horas por ejemplo, el contenido de las enmiendas presentadas al debate, diciendo que éstas no constituían doclinientos sobre el mismo, y posteriormente negó la réplica a la intervención primera de Pérez-Llorca, en la que el ministro reiteró las ventajas de la Alianza Atlántica según la óptica del Gobierno, diciendo que es marco para país europeo defensor de la democracia (al ministro le recordaron el caso de Turquía), que sirve a la pazv a la distensión. que mejora la relación bilateral con Washinaton ya mencionada, que no es una opción agresiva y que no presupone instalación de armas nucleares en España.

Tras estas palabras del titular de Exteriores se abrió el debate sobre las enmiendas hasta entrada la noche. Empezó el Grupo Andalucista, a través de su portavoz en la comisión, Miguel Angel Arredonda, y siguieron el diputado Busquets de Socialistas de Cataluña, Y Ballesteros, por el Grupo Comunista. Los representantes de Socialistas Vascos y Grupo Mixto, Enrique Múgica y Ramón Tamames, hablaron más tarde en la sesión nocturna del debate.

Los dos primeros pidieron el informe del Tribunal Constitucional por la posible incidencia del proceso OTAN en cuestiones de soberanía nacional, luego solicitaron un referéndum y, finalmente, pidieron una mayoría cualificada en la eventual aprobación de la opción atlántica.

"Gesto o señal"

El diputado del PCE Ballesteros añadió a este debate sobre el procedimiento formal español de adhesión a la OTAN otras cuestiones relativas a la falta de documentación presentada por el Gobierno, y sobre todo, al hecho de que el Ejecutivo abra este debate sin haber recibido con anterioridad la invitación de la OTAN para adherirse. El portavoz centrista, Herrero de Miñón, contestó de manera contundente este último argumento, señalando que conocida es la práctica de la adhesión a la OTAN y que se sabe como España debe hacer antes un qesto o señal a la OTAN para ser invitada posteriormente.

Estos tres turnos a favor y las respuestas en contra del Ejecutivo fueron apostilladas por las tomas de posición de cada grupo, que mezclaron las cuestiones técnicas de procedimiento con las política institucionales la documentación, las enmiendas y todo un sinfín de temas y instrumentos con los que se conseguía eludir el debate en la confusión, de acuerdo con la táctica del Gobierno, y por otra parte ampliarlo y, retrasar su discusión política de acuerdo con la actitud dilatoria de la oposición.

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