Voluntad y buenos deseos

Plaza de Barcelona. 4 de octubre de 1981. Cinco toros del marqués de Albayda y uno -lidiado en cuarto lugar- de Herederos de Cebada Gago de juego desigual. El primero, al parecer, reparado de la vista. El quinto, muy noble -el presidente sacó el pañuelo azul, aunque ya habían arrastrado al toro-. y el de Cebada, noblote y sin malicia.Juan José: silencio y, vuelta al ruedo. Anduvo medroso con su primero, que buscaba el bulto sin contemplaciones, y toreó con muy buenas maneras al cuarto. Manuel Maldonado: palmas y gran ovación. Estuvo voluntarioso con su primero, peligroso por el pitón derecho, ...

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Plaza de Barcelona. 4 de octubre de 1981. Cinco toros del marqués de Albayda y uno -lidiado en cuarto lugar- de Herederos de Cebada Gago de juego desigual. El primero, al parecer, reparado de la vista. El quinto, muy noble -el presidente sacó el pañuelo azul, aunque ya habían arrastrado al toro-. y el de Cebada, noblote y sin malicia.Juan José: silencio y, vuelta al ruedo. Anduvo medroso con su primero, que buscaba el bulto sin contemplaciones, y toreó con muy buenas maneras al cuarto. Manuel Maldonado: palmas y gran ovación. Estuvo voluntarioso con su primero, peligroso por el pitón derecho, y realizó una gran faena con el quinto, sentando muy buenas maneras toreando con la derecha. Malogró tan bonita faena con la espada, estando injusto el público con él. Víctor Mendes: oreja y vuelta al ruedo. Banderilleó a sus dos toros con un derroche de ficultades, afición y buenas maneras. Porfió con su primero -de muy corta embestida- y puso voluntad en el que cerró plaza. El papel de este joven matador sigue en alza.

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