La OLP valora positivamente el plan de paz saudí

El reconocimiento de Israel y la creación de un Estado palestino independiente, cuya capital seria Jerusalén, constituyen los elementos clave del plan de paz para Oriente Próximo expuesto por Arabia Saudí, cuyo contenido suscita expectativas e interrogantes en el mundo árabe.El silencio del "ala radical" en torno a esta inicitiva, apoyada por una mayoría de capitales moderadas, contrasta con el apoyo condicionado de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), cuyo dirigente, Yasir Arafat, afirmó ayer en Beirut su intención de " no perder la iniciativa de los acontecimientos", aunque...

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El reconocimiento de Israel y la creación de un Estado palestino independiente, cuya capital seria Jerusalén, constituyen los elementos clave del plan de paz para Oriente Próximo expuesto por Arabia Saudí, cuyo contenido suscita expectativas e interrogantes en el mundo árabe.El silencio del "ala radical" en torno a esta inicitiva, apoyada por una mayoría de capitales moderadas, contrasta con el apoyo condicionado de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), cuyo dirigente, Yasir Arafat, afirmó ayer en Beirut su intención de " no perder la iniciativa de los acontecimientos", aunque valoró positivamente la propuesta de Riad.

El emir Fadh, príncipe heredero y jefe del Gabinete saudí, promotor de esa iniciativa, lanzó el pasado viernes un doble llamamiento a Estados Unidos y a Europa occidental, para que coordinen sus esfuerzos en favor de una solución global del problema palestino.

El dirigente saudí planteó su plan de paz, que calificó de "realista", como una forma de reconocer implícitamente el derecho de Israel a su existencia, en el marco de una solución aceptable para los palestinos.

Los siete puntos de esa iniciativa son la retirada de Israel de la totalidad de los territorios ocupados en la guerra de junio de 1967, el desmantelamiento de las colomas israelíes en los citados territorios, la garantía de culto en los Santos Lugares, el reconocimiento del derecho de los palestinos a crear un Estado independiente, la tutela de Cisjordania a cargo de las Naciones Unidas -por un período provisional de pocos meses- y el reconocimiento del derecho de todos los Estados de la región a vivir en paz.

La iniciativa saudí ha sido consideradá por la mayor parte de las capitales árabes como una alternativa a los acuerdos de Camp David y una forma de reactivar el contenido de la resolución 242 de las Naciones Unidas, adoptada el 22 de noviembre de 1967, en la que se solicitaba "una resolución justa al problema de los refugiados".

La OLP se ha opuesto a considerar el conflicto de Oriente Próximo como un simple, problema de refugiados, y ha reclamado constantemente una solución global que incluya un Estado palestino independiente. La propuesta saudí ha sido apoyada por el número dos de la OLP, Abu Jihad, en unas declaraciones hechas esta semana en Abu Dabi, en las cuales afirmó que el consejo central palestino, actualmente reunido en Beirut, discutiría sobre la misma y adoptaría una posición común.

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En espera de una decisión final del consejo central palestino, las capitales progresistas del mundo árabe mantienen un prolongado silencio. Argelia y Libia, quienes tratan de reactivar el frente de la firmeza, han enviado sendos emisarios a los países del golfo Pérsico, pero al propio tiempo manifiestan un escepticismo patente en torno a los resultados de la propuesta saudí, la cual ha sido elogiada unánimemente por los países moderados.

Según Arafat, esa propuesta puede definirse como un intento de "aunar las posiciones en nuestros amigos y nuestros enemigos", por lo que habría que dejar sentado que una condición imprescindible para apoyarla es mantener la iniciativa de la OLP al frente de toda futura negociación.

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