La Universidad de Verano del País Vasco, nueve años de dedicación plena al eusquera

A lo largo de los últimos nueve años, la Universidad Vasca de Verano (Udako Euskal Unibertsitatea) ha impartido clases a 2.500 alumnos y ha publicado ochenta libros en lengua vasca de texto y de consulta, destinados fundamentalmente al área de ciencias. Este año, en la Universidad Vasca de Verano se han presentado tres proyectos de ingeniería industrial, cinco tesinas (cuatro de física y una de química) y una tesis doctoral en matemáticas, redactadas exclusivamente en eusquera. Los antecedentes inmediatos de la Universidad Vasca de Verano hay que localizarlos en las semanas culturales de Bayon...

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A lo largo de los últimos nueve años, la Universidad Vasca de Verano (Udako Euskal Unibertsitatea) ha impartido clases a 2.500 alumnos y ha publicado ochenta libros en lengua vasca de texto y de consulta, destinados fundamentalmente al área de ciencias. Este año, en la Universidad Vasca de Verano se han presentado tres proyectos de ingeniería industrial, cinco tesinas (cuatro de física y una de química) y una tesis doctoral en matemáticas, redactadas exclusivamente en eusquera. Los antecedentes inmediatos de la Universidad Vasca de Verano hay que localizarlos en las semanas culturales de Bayona, en el País Vasco francés, que se celebraron en el Museo Vasco de aquella localidad de 1970 a 1972.

La primera propuesta para crear una universidad de verano surgió a raíz de una conferencia del profesor Carlos Santamaría sobre el tema.En 1973, con la autorización del ,Ministerio de Educación francés, se celebró la primera edición de la Universidad Vasca de Verano, que reunió a 85 alumnos en el liceo Maurice Ravel, de San Juan de Luz. Este grupo de pioneros permaneció dos años en San Juan de Luz, y en 1975, la universidad de verano se trasladó a la casa Landagoien, en Ustaritz, también en el País Vasco francés. Aquel año, la universidad vasca difundió el Manifiesto de 1975, en el que, después de hacer una referencia a los problemas y dificultades que suponía la puesta en marcha de una universidad de verano, se reseñaban las características de ésta: nacional, popular y euskaldun. El Manifiesto de 1976, por su parte, describía las condiciones económicas y sociales exigibles para hacer posible una auténtica universidad vasca.

En Ustaritz, la Universidad de Verano fue un foro de las inquietudes políticas que había en el País Vasco durante los últimos años del franquismo, y logró la entidad suficiente para abordar la empresa con mayor profundidad, ya que el número de alumnos comenzaba a ser importante: 332 en 1976. Al final de la cuarta edición, los organizadores decidieron, por unanimidad, que la universidad se trasladase a Pamplona, concretamente al Colegio Mayor Larraona, donde funciona desde hace cinco años.

«Nosotros no pretendemos ser el embrión exclusivo de la universidad vasca», señala a EL PAIS el secretario de Udako Euskal Un¡bertsitatea, Martín Orbe, «sino que vamos a una euskaldunización progresiva de la enseñanza, pero no de forma lineal. Tratamos de poner una infraestructura que, con otras aportaciones, como las ikastolas, institutos en los que se estudia en eusquera, etcétera, hagan posible una universidad vasca en la que se impartan todas las materias en lengua vasca». Por el momento, la Universidad Vasca de Verano, que este año ha reunido en Pamplona a 502 alumnos, trata de institucionalizar su situación a través de una colaboración directa y eficaz con la vicerrectoría de extensión cultural de la Universidad del País. Vasco, de la que es titular Gurutz Jáuregui. El rector de la Universidad del País Vasco, Gregorio Monreal, estuvo el pasado jueves en Pamplona, visitando la Universidad de Verano, y mantuvo una entrevista con su secretario, Martín Orbe, para tratar de buscar una línea de unión entre las dos entidades.

Cuatro áreas de estudio

Este año la Universidad Vasca de Verano ha impartido sus enseñanzas, exclusivamente en lengua vasca, a lo largo de cuatro áreas. La primera, ciencias humanas, abarca derecho, economía, filosofía, historia y psicología. La segunda, lengua y literatura, comprende bertsolarismo, cursillos para la obtención del título de profesor, que otorga la Real Academia de la Lengua Vasca (Euskaltzaindia), glotodidáctica, lingüística y literatura oral. La tercera, ciencias naturales, está dedicada a botánica, geología, ornitología y actividades interdisciplinares, y la cuarta, ciencias, estudia física, química y matemáticas.Durante este año, y junto a cinco tesinas de licenciatura y a tres proyectos de fin de carrera en ingeniería industrial, la Universidad Vasca de Verano ha conocido una tesis doctoral en matemáticas, de María Jesús Esteban, sobre Problemas semilineales en abiertos no acotados, que ya había sido presentada en francés en la Universidad de París. La publicación de ochenta volúmenes desde el comienzo de la Universidad, financiados por el Banco de Vizcaya, es uno de los aspectos más importantes de la Universidad de verano.

Según los datos facilitados a EL PAIS por Martín Orbe, la Universidad de verano ha publicado libros, que se pueden considerar como de texto, en materias de física, química, biología, matemáticas y geología, con los cuales se ha cubierto ya el primer curso de cada especialidad en la facultad de Ciencias de Lejona. Todos estos libros están escritos en lengua vasca.

«A nosotros nos produce cierto sonrojo que haya personas que hoy sigan diciendo que en eusquera no se puede estudiar matemáticas o química, cuando tenemos publicados ochenta libros, en su mayoría sobre materias de ciencias, algunos de los cuales ya son textos universitarios. Primero fue Adolfo Suárez quien, en 1977, en unas declaraciones al semanario francés Paris-Match, dijo que era imposible estudiar matemáticas o física en vasco. Ultimamente también ha habido otras personas que, desconociendo la situación real de la enseñanza en eusquera, han cuestionado que se pueda estudiar en lengua vasca materias específicas de ciencias. A todos les proponemos que vengan a conocer la Udako Euskal Unibertsitatea».

La Universidad Vasca de Verano, que tiene un trabajo en grupos específicos a lo largo de todo el año, se reúne en Pamplona durante el mes de julio para impartir clases durante quince días en cursos intensivos. «El trabajo, por grupos, que se realiza a lo largo de todo el año», precisa Martín Orbe, «se ve luego en Pamplona». La matrícula cuesta 4.000 pesetas por alumno y la Universidad Vasca de Verano tiene un presupuesto anual que en 1981 superará los seis millones de pesetas, una parte de los cuales se sufraga con las aportaciones de instituciones oficiales, bancos y entidades de ahorro, colegios profesionales, empresas y aportaciones particulares.

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