La Iglesia católica irlandesa, contra las huelgas de hambre del IRA

Los obispos católicos irlandeses han pedido a los huelguistas de hambre que reflexionen sobre «la maldad de sus acciones y sus consecuencias», en lo que constituye la primera declaración pública y clara de este, sector de la jerarquía eclesiástica católica desde que comenzó la actual crisis en el Ulster el pasado 1 de marzo.Los obispos habían sido criticados en el Reino Unido por no haber especificado antes su actitud ante las huelgas de hambre, pero ahora vienen a condenar la moralidad de esta protesta, a pesar de las disensiones en el seno de la Iglesia, católica irlandesa, especialmente sob...

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Los obispos católicos irlandeses han pedido a los huelguistas de hambre que reflexionen sobre «la maldad de sus acciones y sus consecuencias», en lo que constituye la primera declaración pública y clara de este, sector de la jerarquía eclesiástica católica desde que comenzó la actual crisis en el Ulster el pasado 1 de marzo.Los obispos habían sido criticados en el Reino Unido por no haber especificado antes su actitud ante las huelgas de hambre, pero ahora vienen a condenar la moralidad de esta protesta, a pesar de las disensiones en el seno de la Iglesia, católica irlandesa, especialmente sobre la cuestión de las misas públicas por los huelguistas.

La toma de postura de los obispos fue hecha pública en la noche del jueves, al término de una de sus reuniones regulares en el Maynooth College, en el condado de Kildare, de la República de Irlanda. El conjunto de Irlanda constituye una única unidad eclesiástica.

Si los actuales esfuerzos para resolver el problema de las prisiones norirlandesas fracasan, señalan los obispos, «las consecuencias para toda la isla podrían ser sumamente graves.

«Podría haber riesgos de inestabilidad que pondrían en peligro la estructura de nuestra sociedad. Por tanto, imploramos a los huelguistas de hambre, y a los que les dirigen, a que reflexionen sobre la maldad de sus acciones y sus consecuencias. El desprecio a la vida humana, la incitación a la venganza, la explotación de las huelgas de hambre para llevar a cabo una campaña de asesinatos, la intimidación de los inocentes, la iniciación de los niños a la violencia, todo esto constituye una pasmosa suma de maldad».

Los obispos, sin embargo, también piden a los políticos y al Gobierno que se muestren más sinceros y abiertos a todos estos problemas, examinando la posibilidad de mejorar las condiciones en las prisiones norirlandesas.

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