Cartas al director

El vicio nacional del carné

Con motivo de la realización de un trabajo sobre nuestros parques nacionales, llamamos al Instituto para la Conservación de la Naturaleza (Icona) para ver si podíamos ir allí para conseguir información. Por teléfono era fantástico, nos dijeron que fuéramos, que sacaríamos una magnífica información. Al día siguiente estábamos allí puntuales. Nos dispusimos a entrar, pero un portero nos pidió el carné de identidad. Le dijimos que sólo lo tenía un chico, pues los demás no habíamos cumplido los catorce años; entonces nos replicó: «¡Sólo entra él! ». El caso es que, después de razonar y supl...

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Con motivo de la realización de un trabajo sobre nuestros parques nacionales, llamamos al Instituto para la Conservación de la Naturaleza (Icona) para ver si podíamos ir allí para conseguir información. Por teléfono era fantástico, nos dijeron que fuéramos, que sacaríamos una magnífica información. Al día siguiente estábamos allí puntuales. Nos dispusimos a entrar, pero un portero nos pidió el carné de identidad. Le dijimos que sólo lo tenía un chico, pues los demás no habíamos cumplido los catorce años; entonces nos replicó: «¡Sólo entra él! ». El caso es que, después de razonar y suplicar, sólo dejó pasar a dos, teniendo que hacer una rápida visita, pues los además esperaban abajo.Icona, un organismo público

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